Silencio en La Rioja: Campanas Prohibidas por el Descanso Vecinal y Tradición en Conflicto
En el corazón de La Rioja, un pequeño pueblo se enfrenta a una encrucijada entre la tradición y el derecho al descanso. Matute, un lugar donde el tiempo se medía por las campanadas de su iglesia, ha visto silenciado su emblemático reloj-campanario tras la denuncia de una vecina. Este caso, que ha llegado a los tribunales, plantea una pregunta fundamental: ¿hasta dónde llega el derecho al descanso individual frente al patrimonio inmaterial y la identidad cultural de una comunidad? La historia de Matute es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchos pueblos ante la modernidad y la necesidad de equilibrar las costumbres ancestrales con las demandas de una sociedad en constante evolución.
El Silencio Impuesto: Origen de la Controversia en Matute
La disputa comenzó en 2022, cuando una vecina de Matute presentó sus primeras quejas ante el Ayuntamiento. Su principal argumento era que el sonido del reloj-campanario, que marcaba cada hora durante la noche, le impedía conciliar el sueño y perturbaba su descanso. Inicialmente, la vecina intentó resolver el problema a través de vías administrativas, solicitando al Ayuntamiento que modificara el horario del repique o que redujera su volumen. Ante la falta de una respuesta satisfactoria, la vecina escaló sus reclamaciones, dirigiendo una carta al Defensor del Pueblo y, finalmente, recurriendo a la vía judicial. Su demanda no solo buscaba el silencio nocturno, sino también una indemnización por los daños morales sufridos.
La primera sentencia dictada en el caso le dio la razón a la vecina, reconociendo su derecho al descanso y ordenando el silencio nocturno del campanario. Sin embargo, el tribunal no concedió la indemnización económica solicitada. Insatisfecho con este fallo, el Ayuntamiento de Matute decidió recurrir la sentencia ante la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja (TSJR). El consistorio argumentaba que el sonido del campanario era una tradición arraigada en la identidad del pueblo y que su supresión supondría una pérdida irreparable para la comunidad.
La Sentencia del TSJR: Ratificación del Derecho al Descanso
El TSJR, tras analizar el caso, ratificó la sentencia inicial, confirmando el derecho al descanso de la vecina y ordenando el silencio nocturno del reloj-campanario. Además, el tribunal concedió a la demandante una indemnización por los daños morales sufridos, reconociendo el perjuicio causado por la perturbación constante de su descanso. Esta decisión judicial ha generado una profunda controversia en Matute, dividiendo a la población entre quienes apoyan el derecho al descanso de la vecina y quienes defienden la preservación de la tradición campanera. El Ayuntamiento de Matute ha anunciado que recurrirá la última resolución, buscando revertir la situación y recuperar el sonido del campanario durante la noche.
La sentencia del TSJR ha sentado un precedente importante en materia de convivencia entre el derecho al descanso y la protección del patrimonio cultural. El tribunal ha considerado que, en este caso concreto, el derecho al descanso de la vecina prevalece sobre el interés colectivo en mantener una tradición ancestral. Sin embargo, la decisión no es absoluta y podría variar en función de las circunstancias específicas de cada caso. La clave reside en encontrar un equilibrio justo entre los derechos individuales y los intereses de la comunidad.
El Campanario: Más que un Reloj, un Símbolo de Identidad
En los pueblos de La Rioja, y en muchas otras regiones de España, los campanarios de las iglesias son mucho más que simples torres con campanas. Son símbolos de identidad, referentes históricos y culturales que marcan el ritmo de la vida cotidiana. Sus toques no solo indican la hora, sino que también convocan a misa, anuncian fiestas y celebraciones, y recuerdan los momentos de duelo y recogimiento. Para las generaciones que han crecido escuchando sus campanadas, el sonido del campanario evoca recuerdos, emociones y un profundo sentido de pertenencia.
En Matute, el reloj-campanario de la iglesia de San Román ha sido durante siglos el corazón sonoro del pueblo. Sus campanadas han acompañado la vida de sus habitantes, marcando los hitos de su historia y transmitiendo de generación en generación un legado cultural invaluable. Por eso, la decisión de silenciar el campanario durante la noche ha sido percibida por muchos como un ataque a la identidad del pueblo y una pérdida irreparable de su patrimonio inmaterial. El alcalde de Matute, Jacinto Clemente, ha defendido enérgicamente la tradición campanera, argumentando que es un referente para muchas personas, especialmente para los mayores.
La Reacción de la Comunidad: Entre la Tradición y el Descanso
La decisión judicial ha provocado una profunda división en la comunidad de Matute. Por un lado, están quienes apoyan el derecho al descanso de la vecina y consideran que su bienestar debe prevalecer sobre la tradición campanera. Argumentan que el sonido del campanario, especialmente durante la noche, puede ser molesto para algunas personas y que es legítimo exigir un ambiente de tranquilidad y descanso. Por otro lado, están quienes defienden la preservación de la tradición y consideran que el silencio del campanario supone una pérdida irreparable para el pueblo. Argumentan que el sonido del campanario forma parte de la identidad de Matute y que su supresión empobrece su patrimonio cultural.
La controversia ha generado intensos debates en las calles, en las plazas y en las redes sociales. Los vecinos de Matute se preguntan cómo conciliar el derecho al descanso de una persona con el deseo colectivo de mantener una tradición centenaria. Algunos proponen soluciones alternativas, como reducir el volumen del repique nocturno o modificar su horario. Otros sugieren que se busque un acuerdo entre la vecina y el Ayuntamiento para encontrar una solución que satisfaga a ambas partes. La tensión en el pueblo es palpable y el futuro del reloj-campanario de San Román es incierto.
El Futuro del Campanario: Búsqueda de un Equilibrio
El Ayuntamiento de Matute ha anunciado que recurrirá la última resolución del TSJR, buscando revertir la situación y recuperar el sonido del campanario durante la noche. Mientras tanto, ha decidido silenciar el campanario durante la noche hasta que haya una sentencia firme. Esta decisión, aunque temporal, ha aliviado la tensión en el pueblo y ha permitido evitar una escalada del conflicto. Sin embargo, la controversia sigue latente y la búsqueda de una solución definitiva continúa.
El caso de Matute plantea un desafío importante para las autoridades locales y para la sociedad en general. Es necesario encontrar un equilibrio justo entre el derecho al descanso individual y la protección del patrimonio cultural. Esto requiere un diálogo abierto y constructivo entre todas las partes involucradas, así como la búsqueda de soluciones creativas e innovadoras. Algunas posibles soluciones podrían incluir la instalación de sistemas de aislamiento acústico en las viviendas cercanas al campanario, la modificación del horario del repique nocturno o la reducción de su volumen. La clave reside en encontrar una solución que satisfaga tanto a la vecina que presentó la denuncia como a la comunidad que desea preservar su tradición campanera.
La historia de Matute es un recordatorio de que la convivencia en comunidad requiere respeto, tolerancia y la capacidad de encontrar puntos en común. Es fundamental valorar y proteger el patrimonio cultural, pero también es esencial garantizar el derecho al descanso y al bienestar de todos los ciudadanos. El futuro del reloj-campanario de San Román dependerá de la capacidad de los habitantes de Matute para encontrar un equilibrio justo entre la tradición y la modernidad, entre el pasado y el presente.




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