Soja Chaqueña: Estrategias Clave para Combatir Enfermedades y Proteger tu Rendimiento

La región chaqueña subhúmeda argentina, un importante núcleo productivo de soja a nivel nacional, enfrenta una creciente amenaza para sus rendimientos: las enfermedades foliares. Estas afecciones, exacerbadas por las particularidades climáticas y edáficas de la zona, demandan una atención constante y estrategias de manejo integradas para minimizar sus impactos económicos y asegurar la sostenibilidad de la producción. Este artículo profundiza en las enfermedades más prevalentes, sus síntomas característicos y las recomendaciones clave del INTA Las Breñas para un manejo efectivo y preventivo.

El Contexto de la Producción de Soja en el Chaco Subhúmedo

La región sojera del NEA, que abarca Chaco, Formosa, el este de Santiago del Estero y el norte de Santa Fe, representa el 12% de la producción nacional de soja, con casi 2 millones de hectáreas cultivadas. Santiago del Estero se destaca como el cuarto productor a nivel provincial, subrayando la importancia económica de esta zona. Sin embargo, la dinámica ambiental particular del Chaco subhúmedo – caracterizada por altas temperaturas y frecuentes episodios de estrés hídrico – influye significativamente en la incidencia de plagas, malezas y, crucialmente, enfermedades. La calidad de la semilla obtenida en la región también se ve afectada por estas condiciones, lo que exige un enfoque de manejo adaptado a las circunstancias locales.

La alta densidad de siembra, común en la región para maximizar los rendimientos, puede favorecer la propagación de enfermedades foliares al crear microclimas húmedos propicios para el desarrollo de patógenos. Además, la dependencia de variedades de soja con ciclos más cortos, adaptadas a las limitaciones hídricas, puede hacerlas más susceptibles a ciertas enfermedades. La comprensión de estos factores es fundamental para diseñar estrategias de manejo que consideren la interacción entre el cultivo, el ambiente y los patógenos.

Enfermedades Clave: Mancha Marrón y Tizón Foliar

La Mancha Marrón (Septoria glicynes) y el Tizón Foliar/Mancha Púrpura (Cercospora kikuchii) son las enfermedades más recurrentes y dañinas en la región. Ambas pueden causar pérdidas de rendimiento que alcanzan hasta el 30%. La Mancha Marrón se manifiesta inicialmente como clorosis en las hojas, seguida de manchas necróticas que se desarrollan desde la base del cultivo hacia la parte superior, especialmente en condiciones de alta humedad y precipitaciones. El Tizón Foliar, por su parte, presenta manchas violáceas a amarronadas en foliolos y peciolos, con un avance desde la parte superior del cultivo, lo que puede dificultar su diferenciación inicial de la Mancha Marrón.

La identificación temprana y precisa de estas enfermedades es crucial para implementar medidas de control oportunas. El monitoreo regular de los lotes, la observación cuidadosa de los síntomas y, en caso de duda, el envío de muestras a laboratorios especializados para su diagnóstico, son prácticas esenciales. La confusión entre ambas enfermedades puede llevar a la aplicación incorrecta de fungicidas, disminuyendo su eficacia y generando resistencia en los patógenos.

El Ascenso de Mildiu, Mancha Anillada y Roya Asiática

En campañas más húmedas, otras enfermedades como el Mildiu (Peronospora manshurica) y la Mancha Anillada (Corynespora cassicola) han ganado prevalencia. El Mildiu afecta principalmente la calidad de las semillas, manifestándose como manchas amarillas con características algodonosas en las hojas. La Mancha Anillada se identifica por sus manchas necróticas circulares rodeadas de un halo clorótico. Estas enfermedades, aunque no siempre causan pérdidas tan significativas como la Mancha Marrón o el Tizón Foliar, pueden contribuir a reducir el potencial productivo del cultivo.

La Roya Asiática de la Soja (Phakopsora pachyrhizi) representa una amenaza adicional, especialmente en condiciones de alta humedad. Esta enfermedad biotrófica puede causar daños severos si no se monitorea y controla adecuadamente. La Roya Asiática se caracteriza por la presencia de pústulas uredinales (de color naranja) en la parte inferior de las hojas y esporas urediniospora que se dispersan fácilmente con el viento, facilitando su propagación a largas distancias.

Manejo Integrado de Enfermedades: La Estrategia Clave

El INTA Las Breñas enfatiza la importancia del manejo integrado de enfermedades como la estrategia más efectiva para mitigar sus efectos. Este enfoque combina prácticas culturales específicas, control químico acorde y monitoreo constante de los lotes. La rotación de cultivos, con la incorporación de gramíneas, es una práctica fundamental para suprimir el inóculo de enfermedades, ya que el rastrojo de diferentes especies reduce la carga inicial de patógenos. Los cultivos de servicio, además, aumentan el carbono en el suelo, mejorando su salud y, por ende, la productividad de los cultivos principales.

La fertilización equilibrada y el control efectivo de malezas también contribuyen a fortalecer los cultivos y hacerlos menos susceptibles a enfermedades. Un buen estado nutricional y la ausencia de competencia por recursos permiten que las plantas desarrollen un sistema inmunológico más robusto. La elección de la fecha de siembra y la variedad de soja son decisiones cruciales que deben considerar las condiciones climáticas locales y la susceptibilidad de las variedades a las enfermedades prevalentes.

La Importancia de la Calidad de la Semilla y la Densidad de Siembra

La calidad de la semilla es un factor determinante para una buena implantación y un desarrollo saludable del cultivo. Utilizar semillas certificadas, con alta germinación y libres de patógenos, reduce el riesgo de enfermedades iniciales. Asimismo, un manejo adecuado de la densidad de siembra contribuye a disminuir el daño por enfermedades, evitando el sombreado excesivo y la creación de microclimas húmedos que favorecen el desarrollo de patógenos.

La densidad de siembra óptima varía según la variedad de soja, las condiciones climáticas y el tipo de suelo. Es importante ajustar la densidad para maximizar el rendimiento sin comprometer la sanidad del cultivo. El monitoreo constante de los lotes, la identificación temprana de síntomas y la aplicación oportuna de fungicidas, cuando sea necesario, son prácticas complementarias que contribuyen a un manejo efectivo de las enfermedades foliares.

Adaptación a las Particularidades del Chaco Subhúmedo

La región del Chaco subhúmedo presenta desafíos únicos debido a su dinámica ambiental particular, con mayor temperatura y frecuentes episodios de estrés hídrico. Estas condiciones influyen en la dinámica de plagas, malezas y enfermedades, así como en la calidad de la semilla obtenida en la región. Por lo tanto, las estrategias de manejo deben adaptarse a estas circunstancias específicas.

La selección de variedades de soja tolerantes a la sequía y al calor, la implementación de prácticas de conservación del suelo y el agua, y el monitoreo constante de las condiciones climáticas son medidas esenciales para mitigar los efectos del estrés ambiental y reducir la susceptibilidad de los cultivos a enfermedades. La combinación de estas prácticas con un manejo integrado de enfermedades permite asegurar una producción sostenible a largo plazo en esta importante región productiva.

Fuente: https://argentina.gob.ar/noticias/estrategias-para-el-manejo-integral-de-la-soja-en-el-chaco