Soja en Mercosur: Testimonios Clave del Desarrollo y Mejoramiento Genético del Cultivo
La soja, un grano que ha transformado la agricultura y la economía global, especialmente en el Mercosur. Su historia en esta región es una saga de innovación, adaptación y expansión, impulsada por la visión y el trabajo de investigadores, productores y líderes de la industria. Este artículo, basado en las perspectivas de Romeu Kiihl, Tuneo Sediyama, Rodolfo Luis Rossi y Gerardo Bartolomé, desentraña la evolución de la soja en Brasil y Argentina, desde sus humildes comienzos hasta su posición actual como motor agrícola clave. Exploraremos los desafíos superados, las estrategias implementadas y las figuras que moldearon el destino de este cultivo vital.
Los Primeros Pasos: Introducción y Adaptación Inicial (1890s-1975)
La historia de la soja en Brasil se remonta a finales del siglo XIX, con los primeros ensayos realizados en Bahía y São Paulo. Sin embargo, estos intentos iniciales se encontraron con obstáculos significativos. Los cultivares importados de Estados Unidos, diseñados para climas templados, no prosperaban en las condiciones tropicales y subtropicales brasileñas. El período inicial se caracterizó por una búsqueda constante de variedades adaptadas, un proceso lento y laborioso que requirió la dedicación de pioneros en el mejoramiento genético. Romeu Kiihl destaca la importancia de esta fase, marcando una clara división en la historia del mejoramiento genético de la soja en Brasil: una era anterior a la creación de Embrapa Soja en 1975.
En Argentina, la introducción de la soja fue similarmente tardía, con los primeros registros de siembra a principios del siglo XX. Al igual que en Brasil, las variedades iniciales eran de origen estadounidense y presentaban problemas de adaptación. La necesidad de desarrollar cultivares locales se hizo evidente rápidamente, impulsando la investigación y el desarrollo de programas de mejoramiento genético. Rodolfo Luis Rossi enfatiza la importancia de la colaboración entre investigadores y productores en este proceso, un factor clave para el éxito del cultivo en el país.
La red nacional de ensayos de soja, mencionada por Kiihl, fue fundamental para la recopilación de datos y la identificación de variedades prometedoras. Esta red permitió a los investigadores evaluar el rendimiento de diferentes cultivares en diversas condiciones edafoclimáticas, acelerando el proceso de selección y mejoramiento. La colaboración entre instituciones de investigación y universidades fue esencial para el intercambio de conocimientos y la coordinación de esfuerzos.
Embrapa Soja y la Expansión al Cerrado (1975-1990s)
La creación de Embrapa Soja en 1975 marcó un punto de inflexión en la historia de la soja en Brasil. Esta institución se convirtió en el centro neurálgico de la investigación y el desarrollo del cultivo, impulsando la innovación y la transferencia de tecnología a los productores. Kiihl señala que esta fase se caracterizó por un enfoque en la adaptación de cultivares a las condiciones tropicales, especialmente en la región del Cerrado brasileño. El Cerrado, una vasta sabana tropical, presentaba desafíos únicos para el cultivo de la soja, incluyendo suelos ácidos y pobres en nutrientes, así como una marcada estacionalidad climática.
Uno de los mayores logros de Embrapa Soja fue la comprensión del mecanismo del largo período juvenil de la soja. Este conocimiento permitió a los investigadores desarrollar cultivares que florecían y maduraban en condiciones de baja latitud, abriendo las puertas a la expansión del cultivo a nuevas regiones. La adaptación de la soja al Cerrado no solo aumentó la producción nacional, sino que también contribuyó a la transformación de esta región en una importante zona agrícola. Tuneo Sediyama, con su experiencia en mejoramiento genético, subraya la importancia de la selección asistida por marcadores moleculares en este proceso, una técnica que permitió identificar y seleccionar plantas con características deseables de manera más eficiente.
La expansión de la soja al Cerrado también tuvo un impacto significativo en la economía brasileña, generando empleos y aumentando los ingresos de los productores. Sin embargo, esta expansión también planteó desafíos ambientales, como la deforestación y la pérdida de biodiversidad. La necesidad de adoptar prácticas agrícolas sostenibles se hizo cada vez más evidente, impulsando la investigación en áreas como la fijación biológica de nitrógeno y el manejo integrado de plagas.
La Ley de Protección de Cultivares y la Innovación Continua (1990s-Presente)
La introducción de la ley de protección de cultivares en Brasil representó un nuevo capítulo en la historia de la soja. Esta ley incentivó la inversión privada en investigación y desarrollo, impulsando la innovación y la creación de nuevas variedades. Kiihl argumenta que esta fase se caracteriza por una mayor participación del sector privado en el mejoramiento genético, así como por la adopción de tecnologías de punta, como la biotecnología. La ley de protección de cultivares permitió a las empresas de semillas recuperar su inversión en investigación y desarrollo, incentivando la creación de variedades más productivas, resistentes a plagas y enfermedades, y adaptadas a diferentes condiciones ambientales.
En Argentina, la adopción de la soja transgénica, especialmente la resistente al herbicida glifosato, revolucionó la agricultura. Rodolfo Luis Rossi destaca que esta tecnología simplificó el manejo de malezas y redujo los costos de producción, contribuyendo al aumento de la productividad y la rentabilidad del cultivo. Sin embargo, la adopción de la soja transgénica también generó controversias, relacionadas con los posibles impactos ambientales y en la salud humana. El debate sobre la biotecnología en la agricultura continúa siendo un tema relevante en Argentina y en todo el mundo.
Gerardo Bartolomé, desde su perspectiva como líder empresarial, enfatiza la importancia de la logística y la infraestructura para el éxito de la cadena de valor de la soja. La construcción de puertos, carreteras y ferrocarriles fue fundamental para facilitar el transporte de la soja desde las zonas de producción hasta los mercados internacionales. La inversión en infraestructura también contribuyó a la reducción de los costos de transporte y a la mejora de la competitividad de la soja argentina y brasileña en el mercado global.
Desafíos Actuales y Perspectivas Futuras
A pesar de los avances significativos en el mejoramiento genético y la producción de soja, aún existen desafíos importantes que deben abordarse. La resistencia de las plagas y enfermedades a los insecticidas y herbicidas es una preocupación creciente, que requiere el desarrollo de nuevas estrategias de manejo integrado. El cambio climático también representa una amenaza para la producción de soja, con el aumento de la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, como sequías e inundaciones.
La sostenibilidad ambiental es otro desafío clave. La expansión de la soja ha sido asociada a la deforestación y la pérdida de biodiversidad en algunas regiones. La adopción de prácticas agrícolas sostenibles, como la rotación de cultivos, la siembra directa y el uso de bioinsumos, es fundamental para reducir el impacto ambiental de la producción de soja. La investigación en áreas como la agricultura de precisión y la biotecnología también puede contribuir a la sostenibilidad del cultivo.
Las perspectivas futuras para la soja en el Mercosur son prometedoras. La demanda global de soja continúa creciendo, impulsada por el aumento de la población mundial y el incremento del consumo de proteínas animales. La innovación en el mejoramiento genético, la adopción de tecnologías de punta y la inversión en infraestructura serán fundamentales para garantizar la sostenibilidad y la competitividad de la soja en el mercado global. La colaboración entre investigadores, productores y líderes de la industria será esencial para superar los desafíos y aprovechar las oportunidades que se presentan.





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