SOMU es señalado por no cumplir con el cupo femenino en embarques
En el ámbito laboral, especialmente en sectores tradicionalmente masculinos como la pesca, la lucha por la equidad de género se ha vuelto cada vez más relevante. Un caso reciente ilustra esta problemática en Argentina, donde la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo emitió un fallo en agosto de 2023, ordenando al Sindicato de Obreros Marítimos (SOMU) a reestructurar su bolsa de trabajo para garantizar un porcentaje mínimo de mujeres en el sector. Sin embargo, un año después, las denuncias sobre el incumplimiento de esta resolución han comenzado a surgir, revelando una realidad que muchas mujeres enfrentan al intentar acceder a empleos en buques pesqueros.
El fallo judicial y su impacto en el acceso laboral femenino
La decisión de la Sala IV no solo se centró en la reestructuración de la bolsa de trabajo del SOMU, sino que también incluyó la obligación de respetar un cupo del 30 por ciento para la inclusión de mujeres en la lista de trabajadores. Esto representa un avance significativo en la búsqueda de igualdad de oportunidades en un sector que históricamente ha sido dominado por hombres. Sin embargo, las quejas de las trabajadoras indican que, a pesar de la sentencia, el sindicato no ha hecho los cambios necesarios para cumplir con esta orden judicial.
Rita Martinelli, quien fue la impulsora de esta acción legal, ha denunciado que el SOMU, liderado por Raúl Durdos, no solo ha ignorado el fallo, sino que también ha continuado con prácticas discriminatorias en el proceso de embarque. Según Martinelli, las mujeres que desean trabajar en buques pesqueros se encuentran en una situación precaria, siendo relegadas a un segundo plano en favor de aquellos que son cercanos a los dirigentes del sindicato.
La situación de las mujeres en el sector pesquero
La realidad para muchas mujeres que buscan empleo en el ámbito pesquero es desalentadora. Martinelli ha declarado que hay un centenar de mujeres que están a la espera de una oportunidad para embarcarse, pero que el sindicato no les brinda esa posibilidad. A pesar de que algunas empresas han comenzado a incorporar mujeres en sus tripulaciones, el SOMU sigue siendo un obstáculo importante para la inclusión laboral femenina.
Las denuncias incluyen situaciones en las que las mujeres son convocadas para votar en las elecciones del sindicato, pero luego quedan excluidas de las oportunidades laborales. Esta dinámica ha llevado a muchas trabajadoras a cuestionar la transparencia y la equidad del proceso de embarque, lo que resalta una cultura de machismo y abuso de poder que persiste dentro del SOMU.
Machismo y abuso de poder en el sindicato
Martinelli ha destacado que el machismo y el abuso de poder continúan siendo problemas significativos dentro del SOMU. Las mujeres que tienen sus libretas de embarque en regla se ven obligadas a enfrentar un sistema que parece favorecer a aquellos que tienen alguna relación personal con los líderes del sindicato. Esta situación no solo afecta a las trabajadoras que buscan empleo, sino que también perpetúa un entorno laboral hostil y discriminatorio.
La luchadora por los derechos laborales de las mujeres ha enfatizado que no todas las marineras están capacitadas para trabajar en un barco, pero también ha señalado que esto no debería ser un impedimento para aquellas que sí lo están. La inclusión de mujeres en la pesca no solo es una cuestión de justicia, sino que también puede enriquecer el ambiente laboral y contribuir a una mayor diversidad en el sector.
El incumplimiento del cupo femenino
A pesar de la orden judicial que establece un cupo femenino, Martinelli insiste en que el SOMU no está cumpliendo con esta directriz. La falta de representación de las mujeres en los diferentes puertos del país es un tema que debe ser abordado con urgencia. La justicia ha hablado, pero la implementación de sus decisiones se ha visto obstaculizada por la resistencia del sindicato a aceptar la inclusión de mujeres en sus tripulaciones.
La activista ha señalado que, en diversos puertos como Puerto Deseado, Puerto Madryn y Corrientes, muchas mujeres están ansiosas por embarcarse y contribuir al sector pesquero, pero se encuentran con puertas cerradas. Esta situación no solo limita las oportunidades laborales para las mujeres, sino que también perpetúa la desigualdad en un sector que necesita urgentemente un cambio cultural.
Posibilidades de empleo para mujeres en el sector pesquero
Una de las áreas donde se podría dar un avance significativo en la inclusión de mujeres es en las plantas de procesamiento de los barcos congeladores tangoneros. Martinelli ha destacado que este tipo de trabajo es perfectamente adecuado para las mujeres, y que algunas empresas ya han comenzado a embarcar marineras en sus tripulaciones. Sin embargo, el cambio cultural es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo.
Las empresas que han decidido abrir sus puertas a las mujeres, como las que operan los barcos Carolina y Estefanía, han demostrado que la inclusión es posible y beneficiosa. A medida que más compañías adopten esta postura, se podría comenzar a romper el ciclo de exclusión que ha caracterizado al sector durante años. La participación de mujeres en roles tradicionalmente masculinos no solo es un paso hacia la igualdad, sino que también puede mejorar la dinámica laboral en general.
Rita Martinelli sobre la inclusión de mujeres en la pesca Hoy es el SOMU el que está impidiendo que más mujeres embarquen. Hay más de cien compañeras en todo el país que están a la espera de tener un lugar.
Conclusiones sobre el futuro de las mujeres en la pesca
El futuro de las mujeres en el sector pesquero depende en gran medida de la voluntad del SOMU y de otras organizaciones para adaptarse a las nuevas realidades sociales. La implementación efectiva del fallo judicial y la creación de un entorno laboral inclusivo son pasos necesarios para garantizar que las mujeres tengan las mismas oportunidades que sus colegas hombres. La lucha por la equidad de género en la pesca es aún un camino largo, pero con la determinación y el esfuerzo de mujeres como Rita Martinelli, el cambio es posible.
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