Stella de Madrid: La Piscina Olvidada de las Celebridades y su Declive
Madrid, una ciudad vibrante y cosmopolita, evoca imágenes de arte, historia y una vida nocturna inigualable. Sin embargo, pocos conocen la historia de un oasis de glamour y sofisticación que floreció en su corazón durante décadas: la piscina Stella. Este club náutico, que en su apogeo atrajo a celebridades de Hollywood, aristócratas y a la élite española, yace hoy abandonado, un testimonio melancólico de una época dorada. Este artículo explora la fascinante historia de Stella, desde sus inicios como un símbolo de lujo y modernidad hasta su declive y estado actual de ruina, revelando cómo este lugar único capturó la esencia de un Madrid que soñaba con el Mediterráneo.
El Nacimiento de un Sueño: La Concepción y Construcción de Stella
La historia de Stella comienza en la década de 1930, una época de cambios y modernización en España. El empresario Manuel Pérez-Vizcaíno, visionario y con un agudo sentido de los negocios, concibió la idea de crear un club náutico que ofreciera a la sociedad madrileña un espacio de esparcimiento y lujo diferente a cualquier otro. Encargó al arquitecto Fermín Moscoso del Prado, un exponente del modernismo, el diseño de un complejo que reflejara la elegancia y la vanguardia de la época. Moscoso del Prado, inspirado en las piscinas y clubes de playa de la Riviera francesa, diseñó un edificio con líneas blancas y depuradas, amplios jardines y una estética que evocaba la sofisticación y el glamour. La construcción se llevó a cabo en un terreno cercano a la M-30, una ubicación estratégica que permitía un fácil acceso desde el centro de la ciudad.
La piscina Stella no era simplemente una piscina; era un club completo que ofrecía una amplia gama de servicios e instalaciones. Además de la piscina principal, el complejo contaba con una zona de solárium, un restaurante de alta cocina, una pista de baile, un gimnasio, un bar, una bolera, un bingo y una peluquería. Cada detalle estaba cuidadosamente pensado para satisfacer las necesidades y los deseos de una clientela exigente y sofisticada. La inauguración de Stella en 1938 fue un evento social de gran envergadura, que atrajo a personalidades de la política, la cultura y el mundo empresarial. Desde el principio, el club se convirtió en el epicentro del verano madrileño, un lugar donde se podía ver y ser visto.
La Edad de Oro: Glamour, Celebridades y Libertad en Stella
Durante las décadas de 1940 y 1950, Stella vivió su época dorada. El club se convirtió en un imán para las celebridades de Hollywood que visitaban Madrid, así como para la aristocracia española y la alta burguesía. Nombres como Ava Gardner, Antonio Machín y Lola Flores fueron habituales en Stella, disfrutando del sol, los cócteles y la animada vida social del club. La piscina se convirtió en un escenario de encuentros fortuitos, romances apasionados y fiestas inolvidables. El ambiente en Stella era único, una mezcla de sofisticación, glamour y libertad. A pesar de la rigidez moral del franquismo, en Stella se permitían ciertas libertades que eran impensables en otros lugares. Se rumorea que en el club se practicaba el topless e incluso el nudismo en un ambiente de discreta tolerancia.
La música en vivo, los bailes y los espectáculos eran una constante en Stella. El club contrataba a los mejores artistas y orquestas de la época, que animaban las noches de verano con sus melodías y ritmos. Los cócteles, elaborados con ingredientes exóticos y servidos en copas de cristal, eran otro de los atractivos de Stella. El Martini, el Daiquirí y el Manhattan eran los favoritos de la clientela. La piscina Stella no era solo un lugar de diversión y esparcimiento; era también un símbolo de estatus social. Pertenecer al club era un privilegio reservado para unos pocos elegidos. La membresía era costosa y exigía una estricta selección. Ser miembro de Stella significaba formar parte de la élite madrileña y disfrutar de un estilo de vida exclusivo.
El Declive y Abandono: El Fin de una Era
A partir de la década de 1960, Stella comenzó a perder su brillo. La llegada del turismo masivo y el auge de las piscinas privadas y los polideportivos municipales supusieron una competencia cada vez mayor para el club. La clientela de Stella, cada vez más envejecida y menos numerosa, comenzó a abandonar el club en busca de alternativas más modernas y económicas. La falta de inversión y la mala gestión agravaron la situación. El club, que había sido un símbolo de lujo y sofisticación, se fue deteriorando poco a poco. Los jardines se descuidaron, las instalaciones se volvieron obsoletas y el ambiente perdió su glamour original.
En 2006, tras décadas de decadencia, Stella cerró sus puertas definitivamente. El cierre del club fue un duro golpe para la memoria colectiva de Madrid. Muchos madrileños recordaban con nostalgia los tiempos dorados de Stella, cuando el club era el epicentro del verano madrileño. Tras el cierre, el edificio quedó abandonado a su suerte. La vegetación invadió los jardines, los grafitis cubrieron la fachada y el luminoso “STELLA” se apagó. El club, que había sido un símbolo de lujo y progreso, se convirtió en una ruina urbana, un testimonio melancólico de una época pasada. A pesar de su estado de abandono, Stella sigue siendo un lugar emblemático para muchos madrileños, que lo visitan para recordar los tiempos dorados del club y para contemplar la belleza decadente de sus ruinas.
Stella Hoy: Un Legado en Ruinas y un Futuro Incierto
En la actualidad, la piscina Stella se encuentra en un estado de deterioro avanzado. El edificio, que ocupa una superficie de cerca de 12.000 metros cuadrados, está cubierto de grafitis y vegetación. Las instalaciones están vandalizadas y en ruinas. A pesar de su estado, Stella sigue siendo un lugar con encanto, que evoca la nostalgia de una época pasada. En 2011, el Ayuntamiento de Madrid declaró el edificio como Bien de Interés Patrimonial, lo que impide su demolición o alteración. Sin embargo, la protección legal no ha sido suficiente para evitar su deterioro. Las disputas entre los herederos del fundador, la imposibilidad de encontrar un comprador y la falta de inversión han condenado a Stella a un lento proceso de decadencia.
Durante años, se han planteado diferentes proyectos para la rehabilitación de Stella, pero ninguno ha llegado a buen término. Algunos promotores han propuesto la construcción de un hotel de lujo, otros un centro comercial y otros un complejo de viviendas. Sin embargo, todos los proyectos se han visto obstaculizados por la complejidad de la situación legal y la falta de acuerdo entre los herederos. El futuro de Stella es incierto. Algunos expertos creen que el club podría ser rehabilitado y convertido en un espacio cultural o de ocio. Otros, sin embargo, temen que el edificio siga deteriorándose hasta convertirse en un escombro. Lo que es seguro es que la historia de Stella es un ejemplo de cómo el tiempo puede transformar un símbolo de lujo y sofisticación en una ruina urbana. La piscina Stella, un lugar que una vez fue el epicentro del verano madrileño, sigue esperando un nuevo capítulo en su historia.
Artículos relacionados