Temporada de Langostino 2025: Tensiones, Acuerdos y Cierre por Merluza Juvenil
La temporada de langostino 2025 en aguas nacionales se erige como un caso de estudio singular en la historia reciente de la pesca argentina. Marcada por un inicio tardío debido a conflictos laborales, una dinámica biológica inusual con la aparición temprana de merluza juvenil, y un cierre abrupto, la zafra desafió las expectativas y puso a prueba la resiliencia de toda la cadena productiva. Este artículo analiza en detalle los acontecimientos que moldearon esta temporada atípica, desde las negociaciones gremiales hasta las fluctuaciones en la abundancia del recurso, pasando por el impacto en los principales puertos y las estrategias adoptadas por la flota para maximizar las capturas en un contexto de incertidumbre constante.
El Conflicto Gremial: Un Inicio Demorado y sus Consecuencias
El año 2025 comenzó con la flota congeladora tangonera inmovilizada, víctima de un prolongado conflicto entre los gremios marítimos –el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y el Sindicato de Capitanes y Oficiales de Mar (SIMAPE)– y las cámaras empresarias. Las negociaciones salariales se estancaron, impidiendo el inicio de las prospecciones del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) y retrasando el arranque de la temporada. Esta demora inicial generó incertidumbre en toda la industria, afectando la planificación de las empresas y la disponibilidad de empleo para las tripulaciones. La falta de acuerdo se tradujo en pérdidas económicas significativas y en un clima de tensión que se extendió a los muelles.
Las empresas, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con los sindicatos, optaron por ofrecer contratos individuales a las tripulaciones, una medida que exacerbó aún más el conflicto y amenazó con fracturar la paz social en los puertos patagónicos. La división gremial complicó aún más las negociaciones, dificultando la búsqueda de una solución consensuada. Finalmente, el 18 de julio se logró un primer acuerdo transitorio en Mar del Plata, con un esquema salarial que combinaba un componente no remunerativo con uno remunerativo, impulsado por un intenso trabajo de mediación entre las cámaras de fresqueros, CAIPA y CAABPA, con el SIMAPE y el SOMU.
La Biología del Langostino y la Aparición de la Merluza Juvenil
A pesar del retraso inicial, las primeras prospecciones realizadas en la Zona de Veda Permanente de Juveniles de Merluza (ZVPJM) en las subáreas 4, 5, 13 y 14 revelaron resultados prometedores. Se detectaron ejemplares de tallas L1 y L2, indicando una actividad sostenida del langostino, especialmente en las descargas de Camarones. La flota fresquera, que inició sus operaciones antes que la flota congeladora, trabajó con cautela, priorizando la selectividad y evitando la presión excesiva sobre el recurso. Sin embargo, la dinámica biológica de la temporada pronto presentó un desafío inesperado: la detección de una creciente presencia de merluza juvenil en varias subáreas.
La merluza juvenil, al ser una especie protegida, implica una restricción en la pesca de langostino en las áreas donde se encuentra presente, ya que su captura incidental (bycatch) está regulada por ley. El aumento del bycatch de merluza obligó al Consejo Federal Pesquero (CFP) a disponer de cierres preventivos en las subáreas 12, 14 y 15, limitando el acceso a zonas de alta productividad para el langostino. Esta situación generó preocupación en la industria, ya que la merluza juvenil compitió con el langostino por los recursos y afectó la rentabilidad de la pesca.
Desarrollo de la Temporada: Aperturas, Rendimientos y Cierres
Una vez superada la primera etapa del conflicto gremial, el CFP, basándose en los modelos del INIDEP, autorizó nuevas aperturas de subáreas. La Subárea 8 mostró rendimientos excepcionales, mientras que la prospección en la Subárea 14 confirmó abundancia y talla comercial destacada. El 4 de agosto, SOMU y las cámaras CAPIP, CAPeCA y CEPAsellaron un acuerdo definitivo, formalizando la reactivación total de la flota tangonera congeladora. Días después, se habilitó la Subárea 4, donde se registraron concentraciones significativas de langostino y mínima captura incidental de merluza.
El recurso se expandió con fuerza, desplazándose hacia el noreste y alimentando un corredor de abundancia pocas veces visto. Sin embargo, hacia fines de agosto, la situación comenzó a cambiar. El INIDEP detectó una creciente presencia de merluza juvenil en varias subáreas, lo que llevó a la disposición de cierres preventivos en las Subáreas 12, 14 y 15. A finales de septiembre, la Subárea 7 también fue cerrada, y las prospecciones en las Subáreas 5, 10 y 13 arrojaron resultados negativos, sin capturas o con valores de fauna acompañante que superaron los límites normativos. La señal era clara: la temporada entraba en su tramo final.
Impacto en los Principales Puertos: Madryn, Mar del Plata y Rawson
Puerto Madryn se consolidó como el epicentro operativo de la temporada, con un notable protagonismo de la flota congeladora tangonera, que descargó 17.634 toneladas en agosto y 19.157 en septiembre. Los fresqueros acompañaron la tendencia con 11.635 toneladas en agosto y 6.341 en septiembre, aunque su ritmo disminuyó hacia octubre. En Mar del Plata, el conflicto inicial se reflejó en los registros; los buques congeladores no operaron en julio y apenas alcanzaron 531 toneladas en agosto, como consecuencia de un único buque con esfuerzo pesquero a la especie, el BP Mar Sur, retomando la actividad recién hacia octubre con 289 toneladas.
En cambio, la flota fresquera de altura de Mar del Plata sostuvo el abastecimiento durante todo el invierno, con 597 toneladas en julio, 1.772 en agosto, 2.104 en septiembre y 29 en octubre, aportando continuidad en un contexto de intermitencia operativa marcada por principios de conflictividad gremial. En Rawson, la actividad fue más acotada pero constante, con 814 toneladas en agosto y 847 en septiembre. La distribución geográfica de las capturas reflejó la dinámica del recurso y las restricciones impuestas por la presencia de merluza juvenil.
Cierre de la Temporada y Balance Final
El 2 de octubre se dispuso el cierre total de la ZVPJM, quedando clausuradas las Subáreas 4, 8 y 11, las últimas que se mantenían abiertas. La resolución marcó oficialmente el fin de la temporada de langostino 2025 en aguas nacionales. El último despacho a la pesca se mantuvo hasta las 00 horas del 4 de octubre, fijándose el cierre general para el 9 de octubre. A partir de esa fecha, toda la flota debió cesar operaciones y regresar a puerto. El balance final confirmó una zafra breve, de rendimiento biológico positivo pero acotado en tiempo por razones gremiales y ambientales.
A pesar de su corta duración, la zafra 2025 arrojó un volumen total cercano a las 82.000 toneladas desembarcadas hasta el 9 de octubre, considerando la recuperación progresiva desde julio. Ese mes marcó el inicio real de la operatoria con 4.581 toneladas descargadas, a las que se sumaron los picos productivos de 39.515 toneladas en agosto, 34.691 en septiembre y 2.872 en octubre, cuando la temporada ya mostraba sus signos de agotamiento. La temporada 2025, en definitiva, fue un recordatorio de la complejidad de la gestión pesquera y de la necesidad de equilibrar los intereses económicos con la sostenibilidad del recurso.
Fuente: https://pescare.com.ar/temporada-langostino-2025-argentina-conflicto-gremial-merluza-juvenil/
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