Tiburones Gatopardo: Investigación Revela su Importancia y Baja Peligrosidad para el Hombre

El océano, vasto e inexplorado, alberga criaturas que despiertan tanto fascinación como temor. Entre ellas, los tiburones, a menudo malinterpretados y demonizados, juegan un papel crucial en la salud de los ecosistemas marinos. Este artículo se adentra en el mundo del tiburón gatopardo, una especie poco conocida pero vital para el equilibrio de las costas argentinas, a través de la mirada de los científicos del Proyecto Arrecife y la divulgación realizada por la fundación Por el Mar en su podcast “La Voz del Mar”. Exploraremos su importancia ecológica, los esfuerzos de investigación para comprender su comportamiento y los desafíos que enfrenta su conservación, desmitificando la imagen del tiburón como una amenaza constante para los humanos.

El Tiburón Gatopardo: Un Predador Esencial

El tiburón gatopardo (Scyliorhinus stellaris) es una especie de tiburón de la familia Scyliorhinidae, caracterizada por su cuerpo alargado y delgado, y sus distintivas manchas oscuras que recuerdan a las de un leopardo, de ahí su nombre. Este tiburón, aunque no es de los más grandes, desempeña un papel fundamental como predador tope en los ecosistemas costeros. Su dieta se compone principalmente de peces óseos, crustáceos y cefalópodos, contribuyendo a regular las poblaciones de estas especies y mantener la salud de las comunidades marinas. Alejo Irigoyen, investigador del CENPAT y miembro del Proyecto Arrecife, destaca la importancia de comprender a estos “actores ocultos” de la fauna argentina, enfatizando que su presencia, aunque no siempre visible, es crucial para el funcionamiento del ecosistema.

La función de predador tope implica que el tiburón gatopardo se encuentra en la cima de la cadena alimentaria, lo que significa que no tiene depredadores naturales significativos en su hábitat. Esto lo convierte en un indicador clave de la salud del ecosistema. Una disminución en su población puede ser una señal de alerta temprana de problemas ambientales, como la sobrepesca, la contaminación o el cambio climático. Su presencia asegura la diversidad y la estabilidad de las comunidades marinas, evitando el desequilibrio que podría surgir si una sola especie se volviera dominante.

Proyecto Arrecife: Desentrañando los Misterios del Gatopardo

El Proyecto Arrecife, una colaboración entre el CONICET y el CENPAT, se ha dedicado a investigar y proteger a los tiburones gatopardo en las costas argentinas. Uno de los principales objetivos del proyecto es responder a la pregunta recurrente sobre si los tiburones son peligrosos. Alejo Irigoyen responde rotundamente: “Para nada”. La probabilidad de ser alcanzado por un rayo es significativamente mayor que la de sufrir un ataque de tiburón. Los tiburones, según explica Irigoyen, son capaces de detectar movimientos y estímulos, y su instinto natural es evitar el contacto con los humanos, buscando escapar en lugar de atacar.

La investigación del Proyecto Arrecife se basa en un enfoque multidisciplinario que combina el conocimiento empírico de los pescadores locales con estudios científicos rigurosos. Inicialmente, los investigadores recopilaron información sobre las épocas y los lugares donde los pescadores observaban a los tiburones gatopardo, utilizando estos datos para identificar áreas de interés y patrones de distribución. Posteriormente, se implementó un sistema de marcado con etiquetas convencionales, que permitía a los pescadores informar sobre la recaptura de los tiburones, proporcionando información valiosa sobre sus movimientos y patrones de migración.

El avance más significativo del proyecto ha sido la implementación del taggeo satelital, en colaboración con la fundación estadounidense Tag a Giant y la fundación Por el Mar. Esta tecnología permite rastrear los movimientos de los tiburones gatopardo en tiempo real, proporcionando datos inéditos sobre su comportamiento, hábitat y patrones de migración. Esta información es crucial para desarrollar estrategias de conservación efectivas y proteger a esta especie vulnerable.

Desmitificando el Miedo: La Realidad de la Interacción Tiburón-Humano

La percepción pública de los tiburones a menudo está distorsionada por la desinformación y la sensacionalización mediática. Alejo Irigoyen, con más de 20 años de experiencia en buceo, relata que en sus numerosas inmersiones, rara vez ha tenido encuentros cercanos con tiburones. En la mayoría de los casos, solo ha vislumbrado una cola o una especie pequeña que se ha descuidado por un instante. Esta experiencia personal refuerza su argumento de que los ataques de tiburón son extremadamente infrecuentes y que los tiburones, en general, evitan el contacto con los humanos.

La falta de conocimiento sobre el comportamiento de los tiburones contribuye a la propagación del miedo y la desconfianza. Es importante comprender que los tiburones no son depredadores indiscriminados que buscan activamente atacar a los humanos. En la mayoría de los casos, los ataques son resultado de errores de identificación, curiosidad o defensa en situaciones de amenaza. La educación y la divulgación científica son fundamentales para cambiar la percepción pública de los tiburones y promover una coexistencia pacífica entre humanos y estos fascinantes animales.

El podcast “Gatopardo, mi buen amigo” de la fundación Por el Mar juega un papel crucial en esta tarea de divulgación. Al dar voz a los científicos y compartir sus investigaciones de manera accesible y atractiva, el podcast ayuda a desmitificar el miedo y a promover una mayor comprensión y respeto por los tiburones gatopardo y otros elasmobranquios.

El Origen de la Pasión: Un Amor por la Ecología Marina

La dedicación de Alejo Irigoyen a la investigación de los tiburones no es simplemente un trabajo académico, sino una pasión arraigada desde la infancia. Su interés por la ecología de los peces se remonta a sus primeros años, cuando se preguntaba sobre el origen, el hábitat y la abundancia de las truchas que observaba en ríos y lagos. Esta curiosidad innata lo llevó a seguir una carrera en la ciencia, obteniendo títulos de licenciatura, doctorado y postdoctorado en ecología marina.

Los tiburones, como depredadores tope, despertaron su interés por su papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas marinos. Quería comprender cuántos tiburones había, qué les sucedía y cómo migraban. Sin embargo, su investigación pronto se vio impulsada por la preocupación de los pescadores locales, quienes reportaban una disminución en las poblaciones de tiburones. Esta información, combinada con datos de otros científicos de todo el mundo, lo llevó a comprender la importancia de proteger a esta especie vulnerable.

La pasión de Irigoyen por los tiburones se traduce en un compromiso inquebrantable con su conservación. A través del Proyecto Arrecife y su colaboración con la fundación Por el Mar, está trabajando incansablemente para desentrañar los misterios de estos fascinantes animales y garantizar su supervivencia para las futuras generaciones.

Fuente: https://elrompehielos.com.ar/gatopardo-mi-buen-amigo-tiburones-en-la-mira-de-la-ciencia