Toma Ilegal en la UBA: Terroristas de Izquierda Defienden a Cristina Kirchner y Atacan a Milei
La reciente toma de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) por un grupo autodenominado de “activistas” de extrema izquierda ha reabierto un debate crucial sobre los límites de la protesta política, el respeto a las instituciones democráticas y la instrumentalización del ámbito académico. Este acto, perpetrado en abierta defensa de la ex-presidenta Cristina Fernández de Kirchner tras la ratificación de su condena en la causa Vialidad, no es un caso aislado, sino un síntoma de una creciente polarización y una tendencia a recurrir a la violencia como método de presión política. El presente análisis se adentrará en las motivaciones detrás de esta toma, sus implicancias para la vida universitaria y el estado de derecho, y las posibles respuestas del gobierno y la sociedad civil ante este tipo de acciones.
El Contexto Político y la Condena a Cristina Kirchner
La toma de la facultad debe entenderse en el marco de un clima político profundamente polarizado en Argentina. La llegada al poder de Javier Milei, con una agenda de reformas económicas y políticas disruptivas, ha generado una fuerte oposición por parte de sectores de la izquierda y de aquellos que se identifican con el kirchnerismo. La condena a Cristina Fernández de Kirchner por corrupción, ratificada por la Corte Suprema, se ha convertido en un símbolo de esta confrontación. Para sus seguidores, la condena es una persecución política, mientras que para sus detractores representa un paso importante en la lucha contra la impunidad y la corrupción endémica.
La causa Vialidad, que derivó en la condena a Kirchner, investigó la presunta corrupción en la asignación de contratos de obra pública durante su presidencia. La Corte Suprema confirmó la sentencia de seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, lo que ha exacerbado las tensiones políticas y sociales. La toma de la facultad, por lo tanto, no es simplemente una reacción a un fallo judicial, sino una manifestación de un rechazo más amplio a las políticas del gobierno actual y una defensa a ultranza de la figura de la ex-presidenta.
La Toma de la Facultad: Un Acto de Intolerancia y Violación de la Ley
La ocupación de la Facultad de Filosofía y Letras, reivindicada por Lucas Bonfante y otros referentes de la extrema izquierda, constituye una clara violación de la ley y un acto de intolerancia política. La toma ilegal de un espacio público, financiado por todos los contribuyentes, para fines partidistas es inaceptable en una sociedad democrática. La imposición de una agenda ideológica por la fuerza, silenciando a aquellos que no comparten las mismas ideas, es una práctica autoritaria que atenta contra la libertad de expresión y el pluralismo académico.
La utilización de la universidad como escenario de confrontación política es particularmente grave. Las facultades deben ser espacios de debate abierto, de intercambio de ideas y de búsqueda del conocimiento, no trincheras ideológicas. La toma impide el normal funcionamiento de las clases, la investigación y las actividades académicas, afectando directamente el derecho a la educación de miles de estudiantes. La violencia verbal y las consignas vacías de contenido académico que caracterizan estas ocupaciones degradan el valor de la educación superior y la convierten en un mero instrumento de propaganda política.
La celebración pública de la toma por parte de Bonfante en redes sociales, con la difusión de imágenes de los ocupantes, evidencia la impunidad con la que actúan estos grupos y su desprecio por las instituciones. Esta actitud desafiante, lejos de generar empatía, refuerza la percepción de que la izquierda radical está dispuesta a utilizar cualquier medio, incluso la violencia, para imponer sus ideas.
La Instrumentalización del Ámbito Universitario
La toma de la Facultad de Filosofía y Letras es un ejemplo más de la creciente instrumentalización del ámbito universitario por parte de grupos políticos. Durante décadas, las universidades argentinas han sido escenarios de luchas internas, de enfrentamientos ideológicos y de presiones externas. Sin embargo, en los últimos años, esta tendencia se ha intensificado, con la proliferación de grupos activistas que buscan convertir las facultades en plataformas de lanzamiento de sus agendas políticas.
Esta instrumentalización se manifiesta de diversas formas: la imposición de cátedras afines, la promoción de eventos y actividades con sesgo ideológico, la intimidación de docentes y estudiantes que no comparten las mismas ideas, y la ocupación ilegal de espacios universitarios. Todo ello contribuye a crear un clima de hostilidad y a limitar la libertad académica. La universidad, que debería ser un espacio de pluralismo y de debate constructivo, se convierte así en un campo de batalla político.
La falta de respuesta contundente por parte de las autoridades universitarias ante estas prácticas ha contribuido a perpetuar este problema. La tolerancia con la violencia, la permisividad con la ocupación ilegal de espacios y la falta de mecanismos efectivos para proteger la libertad académica han creado un ambiente propicio para la instrumentalización política.
El Rol del Gobierno y la Sociedad Civil
Ante la toma de la Facultad de Filosofía y Letras, el gobierno de Javier Milei enfrenta un desafío importante. Si bien hasta el momento no ha emitido declaraciones oficiales, se espera que tome cartas en el asunto y garantice el cumplimiento de la ley. La inacción podría interpretarse como una señal de debilidad y alentar a otros grupos a seguir cometiendo actos similares. Es fundamental que el gobierno defienda el derecho a la educación de los estudiantes y el normal funcionamiento de las universidades.
La respuesta del gobierno debe ser proporcional y respetuosa de las libertades individuales, pero firme en la defensa del estado de derecho. La policía debe actuar para desalojar a los ocupantes ilegales y garantizar la seguridad de la comunidad universitaria. Al mismo tiempo, es importante investigar a los responsables de la toma y llevarlos ante la justicia. La impunidad solo alimenta la violencia y el desprecio por las instituciones.
La sociedad civil también tiene un papel fundamental que desempeñar. Los estudiantes, los docentes, los padres y los ciudadanos en general deben alzar la voz contra la violencia y la intolerancia. Es necesario defender la libertad académica, el pluralismo y el derecho a la educación. La participación activa de la sociedad civil es esencial para construir una universidad más democrática y respetuosa de los valores fundamentales.
Paralelos Históricos y la Persistencia de la Violencia Política
La toma de la Facultad de Filosofía y Letras no es un fenómeno nuevo en la historia argentina. Durante las décadas de 1960 y 1970, las universidades fueron escenarios de intensas luchas políticas, con la participación de grupos de extrema izquierda y de extrema derecha. Las facultades eran ocupadas, se enfrentaban facciones rivales y se interrumpían las clases. Esta violencia política, que culminó con el golpe de Estado de 1976, dejó una profunda cicatriz en la sociedad argentina.
Aunque la situación actual es diferente, existen similitudes preocupantes con el pasado. La radicalización de los discursos, la intolerancia hacia las ideas diferentes y la disposición a utilizar la violencia como método de presión política son señales de alerta que no deben ignorarse. La toma de la facultad es un recordatorio de que la violencia política sigue latente en la sociedad argentina y que es necesario combatirla con firmeza.
La persistencia de la violencia política se debe, en parte, a la falta de una cultura democrática sólida y a la impunidad con la que actúan los grupos violentos. Es fundamental fortalecer las instituciones democráticas, promover la educación cívica y garantizar que todos los ciudadanos sean iguales ante la ley. Solo así se podrá construir una sociedad más justa, pacífica y respetuosa de los derechos humanos.
Fuente: https://derechadiario.com.ar/politica/terroristas-izquierda-tomaron-facultad-filosofia-y-letras-uba
Artículos relacionados