UNPSJB Honra a Heroínas de Malvinas: Enfermeras que Sanaron Heridas y Lucharon por Visibilidad
En el corazón de la Patagonia argentina, la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) rindió un merecido homenaje a dos heroínas silenciadas durante décadas: Stella Maris Morales y Alicia Reynoso, enfermeras militares que desempeñaron un papel crucial en la atención de los soldados heridos durante la Guerra de Malvinas en 1982. Este acto de reconocimiento no solo visibiliza el invaluable aporte de estas mujeres en un conflicto bélico, sino que también abre una ventana a las complejas realidades vividas por el personal de enfermería en tiempos de guerra, su posterior invisibilización y la larga lucha por el reconocimiento de sus derechos. A través de sus testimonios, emerge una historia de valentía, sacrificio, dolor y la firme convicción de que el diálogo es el único camino hacia la paz.
- El Rol Fundamental de las Enfermeras en el Hospital de Campaña de Comodoro Rivadavia
- La Doble Jornada: Enfermeras Militares en Tiempos de Paz y Guerra
- El Olvido y la Lucha por la Visibilidad: Una Batalla Silenciosa
- Comodoro Rivadavia: Un Abrazo a los Héroes de Guerra
- Más Allá de las Heridas Físicas: El Cuidado del Alma
- El Legado de la Guerra: Un Llamado a la Paz
El Rol Fundamental de las Enfermeras en el Hospital de Campaña de Comodoro Rivadavia
Comodoro Rivadavia, en 1982, se erigió como un punto estratégico clave en el conflicto de Malvinas. Más allá de ser una de las seis bases militares desde donde se lanzaron ataques contra las tropas enemigas, la ciudad se convirtió en el principal centro logístico para el abastecimiento de las islas, recibiendo y despachando no solo material bélico y alimentos, sino también el flujo constante de soldados heridos. En este contexto, el hospital de campaña instalado en el aeropuerto local se transformó en un espacio vital para la atención médica y el contención emocional de los combatientes. Allí, enfermeras como Stella Maris Morales y Alicia Reynoso trabajaron incansablemente, enfrentando condiciones precarias y una demanda abrumadora.
El trabajo de estas enfermeras trascendía las tareas asistenciales convencionales. Si bien realizaban curaciones, administraban medicamentos y monitoreaban signos vitales, su rol se extendía a la esfera emocional, brindando consuelo y apoyo a jóvenes soldados traumatizados por la guerra. En un ambiente marcado por el dolor, el miedo y la incertidumbre, estas mujeres se convirtieron en un faro de esperanza, ofreciendo una presencia humana y empática en medio del caos. Como lo expresó Alicia Reynoso, “nosotras abrazábamos a los soldados cuando estaban heridos y estábamos en el hospital de campaña en el aeropuerto”.
La Doble Jornada: Enfermeras Militares en Tiempos de Paz y Guerra
Las enfermeras militares, como Stella Maris Morales y Alicia Reynoso, están preparadas para desempeñar funciones asistenciales en tiempos de paz y operativas en tiempos de guerra. Sin embargo, la realidad del conflicto de Malvinas las confrontó con una situación para la que no estaban completamente preparadas. La magnitud del sufrimiento, la gravedad de las heridas y la constante exposición a la muerte generaron un impacto emocional profundo en estas profesionales de la salud. A pesar de ello, cumplieron con su deber, adaptándose a las circunstancias y brindando la mejor atención posible con los recursos disponibles.
Reynoso recuerda que, como enfermeras militares, su formación se centraba en la asistencia en tiempos de paz, pero la guerra exigía una respuesta inmediata y eficiente en un contexto de extrema tensión. “Hacíamos las atenciones propias de la enfermería, también conteníamos, pero no estábamos preparadas para ello”, admitió. Esta falta de preparación específica, sumada a la crudeza de la experiencia bélica, dejó secuelas emocionales que tardarían años en ser reconocidas y abordadas.
El Olvido y la Lucha por la Visibilidad: Una Batalla Silenciosa
Tras el fin de la Guerra de Malvinas, las veteranas de guerra, y en particular las enfermeras, fueron relegadas al olvido. Sus contribuciones fueron minimizadas y sus necesidades ignoradas. Durante años, estas mujeres lucharon en silencio contra el trauma, la falta de reconocimiento y la discriminación. Alicia Reynoso relató con amargura cómo, después de la guerra, fueron “olvidadas”, hasta que en 2009 decidió alzar la voz y exigir visibilidad. “Levanté la bandera por la visibilidad en aquel tiempo y nunca más la bajé”, afirmó con determinación.
La lucha por el reconocimiento no fue fácil. Reynoso se enfrentó a obstáculos burocráticos y a la falta de sensibilidad de las autoridades. En 2021, tras un largo juicio, finalmente obtuvo el reconocimiento que merecía, pero no sin antes haber sufrido discriminación por ser mujer. Su historia es un testimonio de la perseverancia y el coraje de las veteranas de Malvinas que se negaron a ser silenciadas.
Comodoro Rivadavia: Un Abrazo a los Héroes de Guerra
El reconocimiento otorgado por la UNPSJB a Stella Maris Morales y Alicia Reynoso representa un acto de justicia y reparación histórica. Para Reynoso, recibir este homenaje en Comodoro Rivadavia, la ciudad que fue testigo de su labor durante la guerra, es un “abrazo al alma”. “Comodoro nos abraza de la misma manera que nosotros abrazamos a los soldados heridos que llegaban en el año 1982”, expresó con emoción.
Este gesto de la UNPSJB no solo honra a estas dos veteranas de guerra, sino que también reconoce el papel fundamental que desempeñó la comunidad de Comodoro Rivadavia en el apoyo a los soldados y en la logística del conflicto. La ciudad se convirtió en un refugio para los heridos y en un centro de solidaridad para las familias de los combatientes.
Más Allá de las Heridas Físicas: El Cuidado del Alma
Stella Maris Morales enfatizó la importancia de curar no solo las heridas del cuerpo, sino también las del alma. “Curamos las heridas, no solo las del cuerpo, sino las del alma porque estuvimos ahí presentes como mujeres y hermanas, atendiendo y conteniendo ese dolor”, manifestó. Esta dimensión emocional del cuidado brindado por las enfermeras militares es a menudo subestimada, pero es esencial para la recuperación de los soldados traumatizados por la guerra.
Las enfermeras, con su sensibilidad y empatía, se convirtieron en un apoyo fundamental para los jóvenes soldados que enfrentaban el horror de la guerra. Les ofrecieron un espacio seguro para expresar sus miedos, sus angustias y sus esperanzas. Les brindaron consuelo y contención en momentos de extrema vulnerabilidad. Su presencia humana y compasiva fue un factor clave en el proceso de sanación.
El Legado de la Guerra: Un Llamado a la Paz
Las veteranas de Malvinas, a través de sus testimonios, transmiten un mensaje claro y contundente: la guerra es una experiencia devastadora que deja cicatrices imborrables en el alma humana. Alicia Reynoso concluyó sus palabras afirmando que lo vivido en carne propia fue “tremendamente fuerte” y que “sentimos el dolor, el horror y el olor de la guerra”. Por ello, insiste en que “el único camino para la paz es el diálogo”.
El reconocimiento otorgado por la UNPSJB a Stella Maris Morales y Alicia Reynoso es un acto de memoria y un llamado a la reflexión. Es una oportunidad para recordar el sufrimiento causado por la guerra y para reafirmar el compromiso con la construcción de un mundo más justo y pacífico. Es un homenaje a la valentía y el sacrificio de aquellos que lucharon en Malvinas, y un reconocimiento al invaluable aporte de las enfermeras militares que brindaron su servicio con dedicación y profesionalismo.
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