Vecinos indignados por postes pintados de naranja en el barrio Bicentenario III

Vecinos del barrio Bicentenario III expresaron su indignación por la pintura de los postes de naranja, en el marco de la campaña política de cara al 13 de agosto. Los referentes de la organización barrial fueron los encargados de hacer el reclamo, manifestando su descontento por esta actitud. Jennifer Guzmán, una de las referentes, señaló que si cada vecino quiere pintar su medianera y lo autoriza, está bien, ya que es algo que cada uno paga. Sin embargo, considera que pintar los postes, las garitas de colectivos y la Calle 13 de naranja es un atropello. Para ella, esto es vandalismo, ya que los responsables de la pintura no tienen autorización para hacerlo. Además, recordó que existe una ordenanza que prohíbe ensuciar este tipo de espacios. Guzmán también mencionó que la pintura de los postes seguramente se realizó de noche, ya que son considerados patrimonio público. Por esta razón, invitó a los responsables a que vayan a pintar postes a Calafate y no en su barrio. Como respuesta a esta situación, los vecinos decidieron comprar pintura y pintar los postes de blanco, como corresponde. Su objetivo es mantener el barrio limpio y libre de propaganda política. Finalmente, Guzmán hizo un llamado a los vecinos para que voten al candidato que deseen, pero sin ensuciar el barrio.

Fuente: https://www.tiemposur.com.ar/info-general/vecinos-indignados-que-se-vayan-a-pintar-postes-a-calafate

REFLEXIÓN: En medio de la indignación por los postes pintados de naranja en el barrio Bicentenario III, surge una reflexión sobre el respeto y cuidado de los espacios públicos. ¿Hasta qué punto podemos intervenir en ellos sin afectar la convivencia y el patrimonio común? El vandalismo, en todas sus formas, es un atropello a la comunidad y a nuestra identidad como vecinos. Es importante recordar que nuestras acciones tienen consecuencias y que debemos ser responsables de preservar y embellecer nuestro entorno. En lugar de ensuciar y dividir, busquemos construir un barrio en armonía, donde cada uno pueda expresarse sin dañar lo que nos pertenece a todos.