Viajes con Amigas: ¿Te Identificas con Alguna de Estas Roles?
Organizar un viaje con amigas es una experiencia única, llena de risas, complicidades y, seamos honestos, una dinámica de roles que se repite en casi todos los grupos. Leire Ortiz, en su divertido vídeo de TikTok, ha capturado a la perfección esta realidad, identificando arquetipos que resuenan con muchísimas personas. Desde la encargada de las finanzas hasta la que vive en una burbuja de desconocimiento, cada amiga aporta su granito de arena (o su particular forma de no aportar) a la aventura. Este artículo explora en profundidad cada uno de estos roles, analizando sus motivaciones, fortalezas y debilidades, y cómo contribuyen, a veces de forma inesperada, al éxito del viaje.
La Tesorera: El Banco de España del Grupo
En cada grupo de amigas, siempre hay una que asume la responsabilidad financiera del viaje. No se trata solo de tener una tarjeta de crédito con suficiente límite, sino de una capacidad innata para gestionar presupuestos, buscar las mejores ofertas y, lo más importante, anticipar los gastos imprevistos. Esta amiga es el “Banco de España” del grupo, la que pone el dinero por adelantado y luego se encarga de que cada una le reembolse en cómodos plazos. A menudo, esta tarea implica recordatorios constantes, negociaciones amistosas y, en algunos casos, incluso la asunción de pequeñas deudas por parte de la tesorera. Es una posición que requiere confianza, organización y una buena dosis de paciencia. La recompensa, más allá de la satisfacción de ver el viaje materializado, es el reconocimiento del grupo y la tranquilidad de saber que las finanzas están en buenas manos.
La figura de la tesorera no siempre es voluntaria. A veces, es la amiga con mayor estabilidad económica la que termina asumiendo el rol por defecto. Otras veces, es la más organizada y responsable la que se ofrece a llevar las cuentas para evitar el caos. Independientemente de cómo llegue a la posición, la tesorera es un miembro indispensable del equipo. Su habilidad para manejar el dinero permite que el resto del grupo se concentre en disfrutar del viaje sin preocuparse por los detalles financieros. Es importante que la tesorera se sienta valorada y apoyada por sus amigas, y que se establezcan reglas claras sobre los reembolsos para evitar malentendidos y tensiones.
La Gastronómica: La Embajadora del Buen Comer
Para algunas amigas, un viaje no es completo sin una experiencia gastronómica excepcional. Esta es la amiga que se encarga de investigar los mejores restaurantes, bares de tapas y mercados locales. No se conforma con comer en cualquier lugar; busca auténticos tesoros culinarios que reflejen la cultura y la tradición del destino. Su misión es asegurarse de que el grupo pruebe los platos típicos, descubra nuevos sabores y disfrute de una experiencia gastronómica inolvidable. La planificación de la ruta gastronómica puede ser tan exhaustiva como la del itinerario turístico, con reservas anticipadas, menús preseleccionados y listas de espera en restaurantes populares.
La gastronómica no solo se preocupa por dónde comer, sino también por cómo comer. Investiga la etiqueta local, aprende algunas frases clave en el idioma del país y se asegura de que el grupo esté preparado para disfrutar de la comida de la manera más auténtica posible. A menudo, esta amiga es la que más se emociona con los nuevos sabores y la que anima a las demás a probar platos que quizás no se atreverían a pedir por su cuenta. Su pasión por la comida es contagiosa y contribuye a crear un ambiente de alegría y descubrimiento durante el viaje.
Las Luisma y Barajas: Las Maestras del Desapego Informativo
En cada grupo de amigas, siempre hay una o dos que parecen vivir en una burbuja de desconocimiento. Estas son las “Luisma y Barajas”, las que no saben dónde van a dormir, qué van a comer o cuánto les ha costado el viaje. No es que sean irresponsables o desinteresadas, simplemente tienen una capacidad asombrosa para desconectarse de los detalles prácticos y concentrarse en disfrutar del momento. A menudo, se limitan a seguir el flujo del grupo, confiando en que sus amigas se encargarán de todo lo demás. Su actitud despreocupada puede ser frustrante para las más organizadas, pero también puede ser refrescante y liberadora.
La dinámica entre las Luisma y Barajas puede ser divertida y competitiva. A menudo, se esfuerzan por ver quién es la que menos se entera del clima, de los horarios de los vuelos o de los precios de las atracciones turísticas. Esta competencia amistosa puede generar momentos cómicos y fortalecer el vínculo entre ellas. Es importante que las demás amigas acepten a las Luisma y Barajas tal como son, sin intentar cambiarlas ni imponerles su ritmo. Su capacidad para vivir el momento y disfrutar de las pequeñas cosas puede ser un valioso recordatorio para el resto del grupo.
La Jefa de Departamento: La Controladora Silenciosa
Esta amiga no se encarga de la gestión directa del viaje, pero lo está controlando todo desde las sombras. Es la que pide los detalles del viaje con tiempo, llega con tres horas de antelación al aeropuerto y se asegura de que todas tengan los documentos necesarios. No es una mandona, simplemente tiene un fuerte sentido de la responsabilidad y una necesidad innata de estar preparada para cualquier eventualidad. Su actitud proactiva puede ser vista como una forma de control, pero en realidad es una muestra de cariño y preocupación por el bienestar del grupo.
La jefa de departamento no necesita estar en el centro de la acción para sentirse útil. Prefiere trabajar en segundo plano, asegurándose de que todo funcione sin problemas. Su capacidad para anticipar los problemas y encontrar soluciones rápidas puede ser invaluable en situaciones de crisis. Es importante que las demás amigas reconozcan su contribución y le agradezcan su dedicación. La jefa de departamento se siente más cómoda cuando tiene el control de la situación, pero también es capaz de relajarse y disfrutar del viaje cuando sabe que todo está en orden.
La Ausente: La Que Siempre Tiene Algo Mejor Que Hacer (o No)
En cada grupo de amigas, siempre hay una que parece tener una agenda imposible de conciliar con los planes del viaje. Puede ser porque vive a miles de kilómetros de distancia, porque tiene compromisos laborales ineludibles o porque simplemente prefiere quedarse en casa. A veces, la excusa es legítima, pero otras veces, es una forma de evitar el estrés y la incertidumbre que implica viajar. La ausente puede ser una fuente de frustración para las demás amigas, pero también puede ser un recordatorio de que cada una tiene sus propias prioridades y necesidades.
La ausencia de una amiga puede ser sentida profundamente por el grupo, pero no debe arruinar el viaje. Es importante respetar su decisión y no presionarla para que cambie de opinión. En lugar de lamentarse por su ausencia, las demás amigas pueden aprovechar la oportunidad para fortalecer sus vínculos y crear nuevos recuerdos juntas. La ausente puede mantenerse conectada con el grupo a través de las redes sociales, enviando mensajes de apoyo y compartiendo fotos y vídeos de sus propias aventuras. Su presencia virtual puede ser un consuelo para las amigas que están viajando y una forma de mantener viva la conexión entre todas.
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