Vidal y la Crisis Pesquera en Santa Cruz: Desidia, Fuga de Barcos e Intereses Ocultos

Puerto Deseado, antaño corazón palpitante de la industria pesquera santacruceña, se encuentra al borde del colapso. Durante casi 80 días, un conflicto que se gestó por la negligencia y la priorización de intereses empresariales ha sumido a la ciudad en una parálisis económica y social. El gobernador Claudio Vidal, criticado por su tardía y errónea respuesta, observa cómo la actividad portuaria agoniza, los barcos huyen en busca de mejores condiciones y la desesperación se instala entre los trabajadores. Este artículo profundiza en las causas de esta crisis, las decisiones controvertidas del gobierno provincial y el resurgimiento de figuras oscuras vinculadas a manejos turbios en el sector pesquero.

La Parálisis de Puerto Deseado: Un Diagnóstico de Ineficiencia

La situación actual de Puerto Deseado es el resultado de una combinación de factores que han erosionado la competitividad del puerto. La ineficiencia de las políticas portuarias, la obsolescencia de los servicios y la incapacidad para generar condiciones atractivas para la retención de la actividad son los principales detonantes. Los puertos de Santa Cruz, en general, carecen de la logística adecuada y no ofrecen precios de descarga competitivos en comparación con otras provincias. Esta desventaja, lejos de ser abordada con soluciones integrales, fue agravada por una política gubernamental que buscaba reducir los jornales como medida de competitividad.

Esta última decisión, particularmente criticada, ignoró la realidad socioeconómica de Santa Cruz, donde el costo de vida y la canasta básica familiar son significativamente más altos que en otras jurisdicciones. Reducir los salarios, en lugar de mejorar la eficiencia y la infraestructura, solo exacerbó la precarización laboral y la fuga de trabajadores. La falta de inversión en modernización, la burocracia excesiva y la ausencia de una planificación estratégica a largo plazo han convertido a Puerto Deseado en un puerto poco atractivo para las empresas pesqueras.

La fuga de barcos congeladores hacia otras provincias es una clara evidencia de esta pérdida de competitividad. Las empresas, ante la falta de condiciones favorables, optan por trasladar sus operaciones a puertos donde pueden obtener mayores beneficios y menores costos. Esta situación genera un círculo vicioso: la disminución de la actividad portuaria reduce los ingresos del puerto, lo que a su vez dificulta la inversión en mejoras y perpetúa la crisis.

La Inacción Gubernamental y el Vacío de Poder en la Secretaría de Pesca

La respuesta del gobierno provincial, encabezado por Claudio Vidal, ha sido calificada como tardía e insuficiente. Durante meses, la administración provincial optó por ignorar la gravedad de la situación, permitiendo que la crisis se agudizara sin ofrecer soluciones concretas. La inacción gubernamental se ve agravada por el vacío de poder en la Secretaría de Pesca, que permaneció acéfala durante más de nueve meses tras la renuncia de Harold Bark.

Durante este período, el ministro de la Producción, Gustavo Martínez, asumió el manejo del área a discreción, generando superposiciones de poder y críticas por la falta de transparencia en la toma de decisiones. La designación de Selsa Hernández como secretaria de Pesca, apenas el 1 de abril, llegó demasiado tarde para revertir la situación y generar confianza en el sector. La falta de una figura dedicada y con experiencia en la gestión pesquera contribuyó a la desorientación y la incertidumbre en el sector.

La gestión de Martínez al frente de la Secretaría de Pesca, aunque interina, estuvo marcada por decisiones controvertidas y acusaciones de favoritismo. Su posterior designación como director del Banco Santa Cruz, justo antes de rubricar un acta en el Consejo Federal Pesquero que cedía cupo de merluza a empresas vinculadas a intereses oscuros, ha generado sospechas sobre posibles conflictos de interés y la influencia de grupos de presión en las decisiones gubernamentales.

El Resurgimiento del “Gringo” Jones: Un Pasado Turbio en el Presente

Uno de los aspectos más preocupantes de la crisis pesquera es el resurgimiento de “Gringo” Jones, un personaje con un historial de manejos turbios en el sector. Jones, cuyas empresas habían sido rechazadas por su pasado cuestionable, reaparece ahora como aliado en las sombras del poder, gracias a la negociación secreta del gobierno provincial. La cesión de cupo de merluza a sus barcos, rubricada por Gustavo Martínez en su último día como ministro, levanta serias interrogantes sobre la transparencia y la ética en la gestión de los recursos pesqueros.

La figura de “Gringo” Jones evoca recuerdos de prácticas irregulares y abusos en el sector pesquero. Su reaparición, bajo el ala del gobernador Vidal, contradice las declaraciones públicas del mandatario sobre su compromiso con la pesca y su intención de no darle la espalda al sector. La negociación secreta con intereses que, según se denuncia, han vaciado los puertos, socava la confianza en el gobierno provincial y alimenta las sospechas sobre la existencia de una agenda oculta.

La cesión de cupo de merluza a empresas vinculadas a Jones no solo beneficia a un grupo reducido de empresarios, sino que también perjudica a los pescadores artesanales y a las empresas que operan legalmente y cumplen con las regulaciones. Esta medida, además, pone en riesgo la sostenibilidad de los recursos pesqueros y la conservación del ecosistema marino.

Impacto Social y Económico en Puerto Deseado: Una Ciudad en Crisis

La parálisis de la actividad pesquera en Puerto Deseado ha generado un impacto devastador en la economía y la sociedad de la ciudad. La pérdida de empleos, el cierre de comercios y la disminución de la recaudación fiscal han sumido a la ciudad en una profunda crisis. Los trabajadores del sector, muchos de ellos con décadas de experiencia, se enfrentan a la incertidumbre y la desesperación ante la falta de oportunidades laborales.

La fuga de barcos no solo afecta a los trabajadores portuarios, sino también a toda la cadena productiva relacionada con la pesca, incluyendo a los proveedores de servicios, los transportistas y los comerciantes. La disminución de la actividad portuaria ha provocado una contracción generalizada de la economía local, afectando a todos los sectores.

La crisis social se manifiesta en el aumento de la pobreza, la inseguridad y la desconfianza en las instituciones. La falta de respuestas concretas por parte del gobierno provincial ha generado un clima de frustración y enojo entre los habitantes de Puerto Deseado, que se sienten abandonados a su suerte.

La Necesidad Urgente de un Plan Integral para la Recuperación del Sector Pesquero

La recuperación del sector pesquero en Santa Cruz, y en particular en Puerto Deseado, requiere de un plan integral que aborde las causas estructurales de la crisis. Este plan debe incluir inversiones en infraestructura portuaria, modernización de los servicios, promoción de la competitividad y fortalecimiento de la gestión pesquera. Es fundamental garantizar la transparencia en la asignación de cupos de pesca y combatir la pesca ilegal.

Además, es necesario establecer un diálogo constructivo con todos los actores del sector, incluyendo a los trabajadores, las empresas y las organizaciones sociales, para encontrar soluciones consensuadas y sostenibles. El gobierno provincial debe asumir un rol activo en la promoción del desarrollo del sector pesquero, brindando apoyo técnico y financiero a las empresas y a los pescadores artesanales.

La recuperación del sector pesquero no solo es fundamental para la economía de Santa Cruz, sino también para la preservación del patrimonio natural y cultural de la provincia. La pesca es una actividad económica estratégica que genera empleo, ingresos y desarrollo local, y que contribuye a la seguridad alimentaria y al bienestar de la población.

Fuente: https://deseadonoticias.com/2025/05/29/para-a-go-m-u-el-gobernador-vidal-corre-detras-del-conflicto/