El Niño se retira, dando paso a La Niña y temperaturas más altas
El Niño, un fenómeno meteorológico recurrente que afecta al clima global, llega a su fin, dando paso a su contraparte: La Niña. Este artículo explora el impacto de este cambio en los patrones climáticos y las implicaciones para las comunidades de todo el mundo.
El ocaso de El Niño y el resurgimiento de La Niña
El Niño, un patrón de calentamiento periódico de las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial, ha llegado a su fase final. Se espera que el enfriamiento de estas aguas dé paso al fenómeno conocido como La Niña, que se caracteriza por temperaturas oceánicas más frías.
Pronósticos para La Niña
Los Centros Mundiales de Producción de Predicciones a Largo Plazo de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) prevén dos escenarios probables: una transición a La Niña o una situación neutra en condiciones naturales. Actualmente, el Pacífico ecuatorial sigue enfriándose, pero La Niña aún no se ha establecido oficialmente. Sin embargo, algunos instrumentos de medición indican una Niña moderada.
Implicaciones climáticas de La Niña
La llegada de La Niña tiene consecuencias climáticas en todo el mundo. Se prevé que las temperaturas sean más altas de lo habitual durante los próximos tres meses, con más días soleados y calurosos que fríos o nublados. Sin embargo, también se espera que se produzcan fríos extremos, con nieve, hielo o lluvias.
Impacto en las alertas tempranas y las medidas anticipatorias
Los pronósticos estacionales de El Niño y La Niña, y de sus efectos previstos en las características climáticas a escala mundial, son una herramienta importante para fundamentar las iniciativas relacionadas con las alertas tempranas y las medidas anticipatorias. - Ko Barrett, Secretaria General Adjunta de la OMM
Los pronósticos meteorológicos precisos son cruciales para que las comunidades se preparen y respondan a las condiciones climáticas adversas. La iniciativa Alertas Tempranas para Todos de la OMM prioriza la difusión de información oportuna para proteger vidas y medios de subsistencia.
Perspectivas para el futuro
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) estima que La Niña emergerá entre noviembre de 2024 y enero de 2025. Se espera que la transición neutral sea posible en un 61% entre marzo y mayo de 2025. Sin embargo, la intensidad de La Niña sigue siendo incierta y podría variar desde débil hasta neutra.
Incertidumbre estacional
El índice de acierto de los modelos de pronóstico estacional es relativamente bajo durante esta época del año, lo que se conoce como "barrera de predictibilidad de la primavera" del hemisferio norte. Esto dificulta predecir con precisión la intensidad y duración de La Niña.
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