Leishmaniasis: Enfermedad silenciosa en expansión por el cambio climático
En medio del silencioso y acelerado avance del cambio climático, una enfermedad silenciosa y letal amenaza con expandir sus dominios: la leishmaniasis.
- La huella del cambio climático: el ascenso de la leishmaniasis
- Leishmaniasis: una enfermedad de tres rostros
- El impacto global de la leishmaniasis
- El cambio climático como catalizador
- México: en la mira de la leishmaniasis
- Prevención: la clave contra la leishmaniasis
- El reto del futuro: combatir la leishmaniasis en un mundo cambiante
La huella del cambio climático: el ascenso de la leishmaniasis
El deshielo de los polos, los huracanes destructivos y las sequías devastadoras son solo algunos de los muchos rostros del cambio climático. Pero uno de los efectos más ocultos y perniciosos es el aumento de casos de leishmaniasis, una enfermedad parasitaria transmitida por mosquitos.
Las actividades humanas han alterado profundamente el equilibrio de nuestro planeta, elevando las temperaturas globales y desencadenando fenómenos climáticos extremos. Estos cambios han creado condiciones favorables para la propagación de la leishmaniasis, expandiendo su alcance geográfico y poniendo en peligro a más personas y animales.
Leishmaniasis: una enfermedad de tres rostros
La leishmaniasis es una enfermedad causada por un parásito protozoario del género Leishmania. Es transmitida por mosquitos flebótomos infectados, que inyectan el parásito en la piel humana o animal durante la picadura.
Existen tres tipos principales de leishmaniasis:
- Cutánea: la más común, provoca úlceras crónicas en la piel.
- Visceral: la más grave, ataca los órganos internos y puede ser mortal.
- Mucocutánea: la más destructiva, afecta la nariz, la boca y la garganta.
El impacto global de la leishmaniasis
La leishmaniasis es una enfermedad endémica en 99 países de las regiones tropicales y subtropicales del mundo. Se estima que 12 millones de personas están infectadas actualmente, con entre 700.000 y un millón de nuevos casos cada año.
Las consecuencias de la leishmaniasis son devastadoras. La variante cutánea puede provocar cicatrices permanentes y discapacidades, mientras que la visceral tiene una tasa de mortalidad del 95% si no se trata. La mucocutánea, la más agresiva, no solo desfigura, sino que también amenaza la vida.
El cambio climático como catalizador
El aumento de las temperaturas globales ha ampliado el hábitat del mosquito flebótomo, el vector de la leishmaniasis. Estos mosquitos se desarrollan más rápidamente en climas cálidos y húmedos, lo que lleva a un aumento de las poblaciones y, por consiguiente, a más picaduras y casos de infección.
Además, los fenómenos climáticos extremos, como las inundaciones y las sequías, pueden desplazar a las poblaciones, provocando que entren en contacto con nuevas regiones donde la leishmaniasis es endémica.
México: en la mira de la leishmaniasis
México se encuentra entre los países de América Latina más afectados por la leishmaniasis. Los estados de Jalisco, Nayarit, Oaxaca, Sinaloa, Tabasco, Veracruz, Quintana Roo, Campeche, Chiapas y Yucatán son los más afectados.
Con el cambio climático, se teme que la leishmaniasis se propague a otras zonas del país y ponga en riesgo a más mexicanos.
Prevención: la clave contra la leishmaniasis
Si bien no existe una vacuna contra la leishmaniasis, podemos tomar medidas para prevenir la infección:
- Evitar almacenar agua de lluvia.
- Instalar mosquiteras en ventanas y puertas.
- Usar repelentes de insectos.
- Cubrir la piel con ropa cuando se realicen actividades al aire libre.
El reto del futuro: combatir la leishmaniasis en un mundo cambiante
El cambio climático está remodelando el paisaje de las enfermedades infecciosas, y la leishmaniasis es solo una de las muchas enfermedades que se están adaptando a nuestro planeta cambiante.
Abordar el cambio climático y mitigar sus efectos sobre la salud pública es esencial para protegernos de esta enfermedad silenciosa y mortal. Al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, conservar los hábitats naturales y fortalecer los sistemas de salud, podemos crear un futuro más saludable y resiliente en el que la leishmaniasis sea una amenaza del pasado.
"La leishmaniasis es una enfermedad silenciosa pero peligrosa, y el cambio climático está desempeñando un papel importante en su propagación."
Dr. José Luis Alfredo Mora Guevara, FES Zaragoza, UNAM
Artículos relacionados