Argentina 2026: Riesgo de exclusión crediticia pese a las elecciones y el plan Milei
Argentina se enfrenta a un panorama sombrío en materia de financiamiento internacional. Más allá de los resultados de las elecciones legislativas, la perspectiva de no poder acceder a crédito en dólares para 2026 se consolida, generando una profunda preocupación en el mercado. Este artículo analiza en detalle los factores que contribuyen a esta situación, las implicaciones para la economía argentina y las estrategias fallidas que han intentado mitigar el riesgo.
- El "Riesgo Kuka" y la Desconfianza Persistente
- El Escenario "Sin Rollover" y el Calendario de Pagos
- El Índice de Riesgo País y su Evolución Reciente
- El Fracaso de los Botes y la Pérdida de Confianza de Wall Street
- Los "Empomados" de Wall Street y la Repetición de Errores Pasados
- La Dificultad de Atraer Financiamiento y las Señales de Alerta
El "Riesgo Kuka" y la Desconfianza Persistente
Durante mucho tiempo, el denominado "riesgo Kuka" –una referencia a la volatilidad política y económica argentina– fue considerado un factor explicativo suficiente para el elevado índice de riesgo país. Sin embargo, esta explicación ha perdido credibilidad. La subida sostenida del riesgo país, incluso después de la asunción de un gobierno con políticas aparentemente más ortodoxas, sugiere que existen problemas estructurales más profundos que minan la confianza de los inversores. La desconfianza no se limita a la incertidumbre política, sino que se extiende a la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones financieras.
La percepción de riesgo se ha visto exacerbada por la historia de defaults y reestructuraciones de deuda que caracterizan a Argentina. Los inversores recuerdan con claridad las experiencias negativas del pasado, lo que los lleva a exigir primas de riesgo cada vez más altas para prestarle dinero al país. Esta situación se agrava por la falta de credibilidad en las políticas económicas y la inconsistencia en la aplicación de las mismas.
El Escenario "Sin Rollover" y el Calendario de Pagos
La consultora 1816 ha planteado un escenario particularmente inquietante: la imposibilidad de obtener un "rollover" de la deuda, es decir, la renovación de los préstamos existentes. Esto significa que, a partir de 2026, Argentina podría enfrentarse a una crisis de liquidez severa, incapaz de refinanciar sus obligaciones financieras. El calendario de pagos es abrumador: hasta fines de 2027, el país deberá afrontar vencimientos por un total de u$s34.200 millones, incluyendo pagos al FMI, bonos dolarizados, obligaciones con el Club de París, Bopreales de los importadores y préstamos "repo".
La magnitud de esta cifra plantea un desafío mayúsculo para el gobierno de Milei. Incluso si logra obtener un buen resultado en las elecciones legislativas, la consultora advierte que esto no tendrá un impacto significativo en el índice de riesgo país. Los bonos globales ya están descontando una alta probabilidad de default, lo que se refleja en la paridad implícita que se paga por los valores residuales de estos bonos, que oscila entre el 48,9% y el 57,2%.
El Índice de Riesgo País y su Evolución Reciente
El riesgo país se encuentra actualmente en 1.024 puntos, aunque superó los 1.100 puntos tras la derrota electoral de Milei en la provincia de Buenos Aires. Si bien una victoria en las legislativas podría generar una ligera caída, la percepción generalizada en el mercado es que esta reducción será marginal y no suficiente para permitir el acceso al crédito internacional. La volatilidad del riesgo país ha sido notable en los últimos meses, con un breve piso en 560 puntos a fines de año, coincidiendo con el ingreso de dólares provenientes del blanqueo de capitales.
Aprovechando este momento favorable, Toto Caputo logró obtener un préstamo "repo" por u$s1.000 millones, aunque a una tasa elevada del 8,8% anual. Posteriormente, se concretó un segundo tramo de u$s2.000 millones, con una tasa ligeramente menor del 8,25%. Sin embargo, incluso en un contexto de optimismo, el costo del financiamiento seguía siendo alto, especialmente considerando que para entonces ya se había levantado el cepo cambiario y el FMI había desembolsado u$s12.000 millones.
El Fracaso de los Botes y la Pérdida de Confianza de Wall Street
La confianza de los inversores de Wall Street se ha erosionado aún más tras el fracaso del plan ideado por Caputo para conseguir u$s8.000 millones a través de la emisión de Botes (bonos del Tesoro dirigidos a inversores externos). Si bien la primera colocación en mayo generó un breve entusiasmo, con Milei proclamando el "regreso" de Argentina al mercado de crédito, la realidad fue muy diferente. De los u$s1.000 millones proyectados por mes, solo se lograron emitir títulos por u$s1.500 millones en total.
El problema fundamental radicaba en las altas tasas de interés exigidas por los inversores. Caputo había previsto que, dadas las condiciones macroeconómicas favorables, las tasas serían relativamente bajas. Sin embargo, en la licitación de mayo, los inversores exigieron una tasa del 29,5%, que hoy parece insignificante en comparación con el 75% convalidado en agosto para los Lecaps de corto plazo, pero que en aquel momento causó un escándalo. La inclusión de una cláusula "put" a dos años, que permitía a los inversores salir de la inversión antes de los cinco años, se interpretó como una "salvaguarda contra el riesgo político" en un año de elecciones presidenciales.
Los "Empomados" de Wall Street y la Repetición de Errores Pasados
El fracaso de los Botes recuerda a la experiencia negativa de gigantes de Wall Street como Templeton y BlackRock, que en 2018 compraron un bono en pesos emitido también por Caputo y sufrieron importantes pérdidas debido a la posterior devaluación. La expectativa de que los inversores aceptarían títulos pagaderos en pesos, como señal de confianza en la estabilidad económica, resultó ser infundada. La persistencia del riesgo país alto, la incertidumbre sobre el dólar y el creciente déficit de cuenta corriente minaron la confianza de los inversores.
Para prestar en dólares y cobrar en pesos, es esencial un clima de estabilidad cambiaria, algo que Argentina no ha logrado ofrecer. La falta de reservas y la volatilidad del tipo de cambio han disuadido a los inversores de asumir el riesgo de una devaluación. Aquellos que compraron los Botes en la licitación de mayo, sin cobertura anti devaluación, han experimentado pérdidas significativas, ya que el tipo de cambio ha aumentado un 25% en los últimos tres meses y medio.
La Dificultad de Atraer Financiamiento y las Señales de Alerta
La suspensión del programa de emisión de Botes es una clara señal de la dificultad de Argentina para atraer financiamiento externo. Además del alto riesgo país, existen señales de incertidumbre sobre el dólar, que se reflejan en el creciente déficit de cuenta corriente y la dificultad para acumular reservas. La falta de credibilidad en las políticas económicas y la inconsistencia en la aplicación de las mismas también contribuyen a la desconfianza de los inversores.
La situación se agrava por la falta de alternativas viables para financiar el déficit fiscal y el pago de la deuda. La emisión monetaria, que podría utilizarse para financiar el gasto público, generaría una mayor inflación y erosionaría aún más la confianza de los inversores. La búsqueda de financiamiento en organismos multilaterales, como el FMI, está sujeta a condiciones estrictas que podrían limitar la capacidad del gobierno para implementar sus políticas económicas.
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