Conflicto Pesquero en Puerto Madryn: Protestas, Acusaciones y la Búsqueda de Soluciones

Puerto Madryn, tradicionalmente un bastión de la industria pesquera argentina, se encuentra nuevamente en el centro de una intensa conflictividad social. Las protestas de los marineros, que exigen el inicio de la temporada de langostino en aguas nacionales y rechazan los recortes salariales propuestos por las empresas, han paralizado parcialmente la actividad portuaria y expuesto las profundas divisiones internas dentro del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU). Este artículo analiza en detalle las causas, los actores involucrados y las posibles consecuencias de este nuevo estallido social, así como las fallidas estrategias gubernamentales para resolver la crisis.

El Conflicto en el Puerto: Reclamos Salariales y Disputas Sindicales

La raíz del conflicto reside en la negativa de las empresas pesqueras a mantener los salarios actuales, argumentando dificultades económicas y la necesidad de adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. Los marineros, por su parte, denuncian que se trata de un intento de precarización laboral y una reducción de sus ingresos en un contexto de alta inflación. Esta disputa salarial se ha visto exacerbada por las tensiones internas dentro del SOMU, donde dos facciones luchan por el control del sindicato en el marco de un proceso electoral de renovación de autoridades. La fractura sindical ha derivado en protestas simultáneas y descoordinadas, dificultando la negociación y la búsqueda de una solución.

El oficialismo del SOMU, liderado por Raúl Durdos, ha copado el muelle Almirante Storni, desde donde ha organizado bloqueos y cortes de ruta, interrumpiendo el tránsito y generando caos en la zona portuaria. Paralelamente, un sector disidente del sindicato ha realizado protestas en el acceso a la ciudad por Ruta Nacional 3, buscando diferenciarse de la conducción actual y denunciar la falta de representación de sus intereses. La Gendarmería Nacional ha intervenido para garantizar la libre circulación, pero la situación sigue siendo tensa y volátil.

La Fallida Intervención Provincial y las Acusaciones al Gobierno Nacional

El Gobierno de Chubut intentó mediar en el conflicto, convocando a una reunión de urgencia entre las partes. Sin embargo, la iniciativa fracasó debido a la falta de una propuesta concreta que satisficiera las demandas de los trabajadores. La reunión se realizó sin un “tanteo” previo del escenario, lo que evidenció la falta de preparación y la improvisación de las autoridades provinciales. Este episodio se suma a una serie de errores estratégicos cometidos por el gobierno de Ignacio Torres, quien previamente había impulsado una solicitud al Consejo Federal Pesquero para una prospección inmediata de langostino sin consultar a las empresas, obteniendo como resultado la inacción y el rechazo del sector.

El Secretario de Pesca de Chubut, Andrés Arbeletche, ha sido objeto de críticas por sus declaraciones contradictorias y su falta de claridad en la definición de una postura frente al conflicto. Inicialmente, recomendó a las partes “ceder un poco” para evitar la pérdida de la temporada, pero luego adoptó una posición más favorable a los trabajadores, acusando al gobierno nacional de Javier Milei de no ofrecer soluciones. Arbeletche responsabilizó al gobierno nacional por no reducir las retenciones, el derecho único de extracción (DUE) y el impuesto a las ganancias de los trabajadores, sin mencionar que el aumento del DUE había sido aprobado en diciembre de 2024 con el voto favorable de Chubut.

La Búsqueda de una Solución a Nivel Nacional: La Cumbre de Gobernadores

Ante la ineficacia de las gestiones provinciales, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, ha impulsado la organización de una cumbre de gobernadores de las provincias afectadas por el conflicto langostinero, incluyendo a Axel Kicillof (Buenos Aires) y Claudio Vidal (Santa Cruz). El objetivo de la reunión es transmitir al gobierno nacional la gravedad de la crisis pesquera y sus efectos en las economías locales, así como la pérdida de ingresos de divisas que podría generar una prolongación del conflicto. Se espera que la cumbre se concrete en las próximas horas, aunque aún no está confirmada y podría ser encabezada por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

Sin embargo, las expectativas de una solución inmediata son bajas. El eje central de la problemática reside en la actual estructura de costos de producción, que dificulta la rentabilidad de la actividad pesquera. Hasta que no se encuentre una alternativa a este problema, los barcos seguirán amarrados en los puertos y la conflictividad social continuará latente. La situación exige un abordaje integral que involucre a todos los actores relevantes, incluyendo al gobierno nacional, las empresas pesqueras, los sindicatos y las provincias afectadas.

El Impacto Económico y Social del Conflicto Pesquero

La paralización de la actividad pesquera en Puerto Madryn y otras localidades costeras tiene un impacto significativo en la economía local y en la calidad de vida de las familias que dependen de esta industria. La pérdida de ingresos para los trabajadores del sector, así como para los proveedores de servicios y los comercios locales, genera un círculo vicioso de recesión y descontento social. Además, la interrupción del flujo de divisas provenientes de la exportación de langostino afecta las reservas del Banco Central y contribuye a la inestabilidad económica del país.

El conflicto pesquero también tiene consecuencias sociales importantes, como el aumento de la pobreza, la desigualdad y la conflictividad laboral. La falta de perspectivas de futuro y la incertidumbre sobre el destino de la industria pesquera generan frustración y desesperanza entre los trabajadores y sus familias. Es fundamental que las autoridades tomen medidas urgentes para mitigar los efectos negativos del conflicto y garantizar la sostenibilidad de la actividad pesquera a largo plazo.

Las Divisiones Internas del SOMU: Un Factor de Complicación

Las disputas internas dentro del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) han complicado aún más la resolución del conflicto. La lucha por el control del sindicato entre el oficialismo, liderado por Raúl Durdos, y un sector disidente ha generado divisiones y desconfianza entre los trabajadores, dificultando la negociación y la búsqueda de un consenso. La falta de unidad sindical debilita la capacidad de representación de los trabajadores y favorece la fragmentación de las protestas.

Es crucial que los dirigentes del SOMU superen sus diferencias personales y prioricen los intereses de los trabajadores. La unidad sindical es fundamental para fortalecer la posición de los marineros frente a las empresas pesqueras y el gobierno, y para lograr una solución justa y equitativa al conflicto. La renovación de las autoridades sindicales debe ser un proceso transparente y democrático, que garantice la participación de todos los afiliados y la elección de representantes comprometidos con la defensa de sus derechos.

El Rol de las Empresas Pesqueras en la Crisis

Las empresas pesqueras también tienen un rol importante en la crisis. Su negativa a mantener los salarios actuales y su insistencia en la necesidad de reducir costos han generado desconfianza y resentimiento entre los trabajadores. Las empresas deben demostrar una mayor sensibilidad social y estar dispuestas a negociar de buena fe con el sindicato, buscando un equilibrio entre la rentabilidad económica y la protección de los derechos laborales.

Es fundamental que las empresas inviertan en la modernización de sus flotas y en la mejora de las condiciones de trabajo, para aumentar la productividad y la competitividad de la industria pesquera. Además, deben colaborar con el gobierno y los sindicatos en la búsqueda de soluciones a largo plazo que garanticen la sostenibilidad de la actividad pesquera y el bienestar de los trabajadores.

Fuente: https://partedepesca.com.ar/d/con-protestas-en-las-calles-se-profundiza-la-crisis-pesquera/