Dólar al alza e inflación: ¿Se descontrolan los precios en Argentina?
La economía argentina se encuentra en una encrucijada, oscilando entre señales aparentemente positivas y advertencias de inestabilidad. El reciente IPC de junio, del 1,6%, celebrado por el gobierno por coincidir con un alza del dólar, plantea interrogantes sobre la capacidad del país para evitar el contagio de precios. Este artículo analiza en profundidad la situación actual, explorando los factores que influyen en la inflación, la evolución del tipo de cambio, las estrategias del gobierno y las perspectivas futuras, basándose en datos y análisis de expertos.
- El IPC de Junio: ¿Un Falso Amanecer?
- La Escalada del Dólar y la Intervención del Banco Central
- El Fuga de Capitales y la Expansión de los Depósitos en Dólares
- El Temido Contagio del Dólar a los Precios: ¿Se Aplanará la Curva?
- El Impacto del Dólar en los Precios: Importaciones y Competencia
- El Principio de Imputación de Menger y la Industria Alimenticia
- Inflación en Julio: Señales Mixtas y Pronósticos
El IPC de Junio: ¿Un Falso Amanecer?
El 1,6% del IPC de junio fue recibido con optimismo en el gobierno, interpretado como una señal de que la economía podría estar desvinculándose del tradicional “contagio a precios” asociado a la devaluación del peso. La lógica detrás de esta interpretación es que, si la inflación se mantiene controlada a pesar de la subida del dólar, se estaría rompiendo la correlación histórica que ha afectado a la economía argentina. Sin embargo, este optimismo es matizado por las advertencias de analistas y operadores del mercado, quienes consideran prematuro celebrar y anticipan un posible empeoramiento de los indicadores en el corto plazo.
La clave de este aparente éxito radica en la capacidad del ministro Toto Caputo para contener, al menos temporalmente, las remarcaciones de precios por parte de supermercados y grandes empresas alimenticias tras el levantamiento del cepo cambiario. Caputo argumentó que la estabilidad del tipo de cambio evitaría aumentos en los costos de los insumos importados, una promesa que se mantuvo vigente hasta el 20 de junio. A partir de esa fecha, el dólar “flotante” inició una trayectoria ascendente que desafía las expectativas iniciales.
La Escalada del Dólar y la Intervención del Banco Central
La primera mitad de julio registró un aumento del 6,2% en el valor del dólar, a pesar de la intensificada intervención del Banco Central en el mercado de futuros para intentar aplanar la curva de precios. Esta intervención, sin embargo, no ha logrado frenar la tendencia alcista, lo que sugiere que las fuerzas del mercado están superando los esfuerzos de contención de la autoridad monetaria. La persistencia de la subida del dólar plantea serias dudas sobre la sostenibilidad de la estrategia actual y la posibilidad de mantener la inflación bajo control.
Diversos factores contribuyen a la presión sobre el tipo de cambio. La estacionalidad de las exportaciones agrícolas, que alcanzó su punto máximo en junio y ahora muestra signos de desaceleración, reduce la oferta de dólares en el mercado. Además, factores internacionales, como la caída de los precios del petróleo y las materias primas agrícolas, impactan negativamente en los ingresos por exportaciones. A esto se suma el contexto político, con la tradicional demanda de dólares en la previa de las elecciones legislativas de octubre, lo que agrava la situación.
El Fuga de Capitales y la Expansión de los Depósitos en Dólares
La incertidumbre política y económica está impulsando una fuga de capitales, con un promedio de u$s100 millones diarios retirados de los bancos por los ahorristas. Este fenómeno refleja la desconfianza en la moneda local y la búsqueda de refugio en activos denominados en dólares. Sin embargo, la situación es más compleja de lo que parece, ya que parte de ese monto regresa al sistema bancario en forma de depósitos en moneda extranjera.
En los últimos meses, se ha observado una expansión de los depósitos en dólares, que alcanzaron los u$s30.842 a fines de junio, un nivel no visto desde febrero. Este aumento, aunque significativo, no compensa la fuga de capitales total, pero indica que algunos ahorristas optan por mantener sus fondos en el sistema bancario, buscando aprovechar las tasas de interés ofrecidas en dólares o simplemente por conveniencia. El nivel mínimo de depósitos en dólares se alcanzó a fines de abril, con u$s29.047 millones, tras una caída continua desde el pico alcanzado en octubre, impulsado por el blanqueo de capitales.
El Temido Contagio del Dólar a los Precios: ¿Se Aplanará la Curva?
La principal preocupación de los economistas es si la actual tendencia alcista del tipo de cambio desencadenará el temido contagio del dólar a los precios. Si el ritmo devaluatorio actual se mantuviera, el dólar podría alcanzar los $1.340 a fines de junio, situándose a solo un 7% del límite superior de la banda de flotación. Sin embargo, los analistas no creen que esta proyección se materialice, ya que los contratos del Rofex indican un valor de $1.289 para fin de mes, $1.316 para fines de agosto y $1.351 para septiembre.
Según estas proyecciones, la subida del dólar en julio sería del 5,5%, seguida de una desaceleración a una tasa superior al 2% mensual. En cualquier caso, este ritmo de depreciación del peso sería mayor que la inflación de los últimos meses, lo que podría ejercer presión sobre los precios. La capacidad de contener la inflación dependerá de la evolución del tipo de cambio y de la respuesta de los diferentes sectores de la economía.
El Impacto del Dólar en los Precios: Importaciones y Competencia
Cada incremento del tipo de cambio suele reflejarse de inmediato en los precios de los artículos importados, así como de los productos manufacturados nacionalmente que utilizan componentes importados. Sin embargo, en el caso argentino, la apertura comercial, con bajas arancelarias y desregulaciones para la compra minorista, ha actuado como un contrapeso a la subida del dólar, limitando el aumento de los precios en el mercado doméstico.
En junio, rubros como el textil mostraron la menor variación, en torno del 0,5%, frente al IPC general del 1,6% y a los servicios, que superaron el 3%. Esta diferencia se explica por la mayor exposición de la industria textil a la competencia importada, lo que obliga a las empresas a mantener los precios bajo control para no perder cuota de mercado. La apertura comercial, por lo tanto, ha desempeñado un papel crucial en la contención de la inflación.
El Principio de Imputación de Menger y la Industria Alimenticia
Javier Milei ha mencionado el “principio de imputación de Menger”, según el cual la negativa de los consumidores a convalidar mayores precios es lo que mantendría contenido el IPC. Este principio sugiere que la demanda juega un papel fundamental en la determinación de los precios y que, si los consumidores no están dispuestos a pagar precios más altos, las empresas se verán obligadas a mantenerlos bajo control. Esta situación podría seguir verificándose para los productos expuestos a la competencia importada.
Sin embargo, el interrogante clave reside en cómo reaccionará la industria alimenticia ante la subida del dólar. Dos fuerzas contrapuestas están en juego: por un lado, el consumo masivo aún no se ha recuperado por completo y los empresarios se quejan de números flojos en las ventas, lo que juega a favor de un mantenimiento de los precios en detrimento de los márgenes de ganancia. Por otro lado, varios insumos de la industria alimenticia son importados, lo que ejerce presión al alza sobre los costos de producción.
Se estima que, mientras el dólar se mantenga por debajo de los $1.300, no se producirá el efecto “pass through”. Sin embargo, esta barrera podría superarse pronto, lo que obligaría a las empresas alimenticias a revisar sus listas de precios en el próximo mes. La evolución del tipo de cambio y la capacidad de la industria para absorber los costos de los insumos importados serán determinantes para la evolución de la inflación en los próximos meses.
Inflación en Julio: Señales Mixtas y Pronósticos
En lo que va de julio, las consultoras que miden los precios de los alimentos han observado variaciones moderadas, aunque ligeramente superiores a las registradas en junio. LCG midió 0,7% y 0,3% en la primera y segunda semana, respectivamente, que es cuando suelen concentrarse los retoques de precios. Su promedio de cuatro semanas se sitúa en 1,8%. Analytica, por su parte, ha obtenido mediciones similares y pronostica una subida del 1,9% para el nivel general de precios, con la carne nuevamente empujando el promedio al alza.
La mayoría de las consultoras prevén para julio un IPC en torno al 1,8%, aunque la reciente publicación del dato del Indec y los movimientos del tipo de cambio sugieren que este pronóstico podría ser revisado al alza. La incertidumbre sobre la evolución del dólar y la respuesta de la industria alimenticia dificultan la elaboración de proyecciones precisas. La inflación sigue siendo el principal desafío para la economía argentina y su control requiere de una estrategia integral que aborde tanto los factores monetarios como los estructurales.
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