El ingenioso robo del estafador amado: El capitán Köpenick
¡El asombroso asalto de Voigt: El ladrón alemán que engañó a todo un ejército!
El origen de un genio criminal
Wilhelm Voigt, un ex zapatero y ladrón reincidente, salió de la cárcel en 1906, arruinado y sin perspectivas. Deprimido y desesperado, vagó por las calles de Berlín, hasta que un día notó el poder que inspiraban los uniformes militares.
Un uniforme transformador
Voigt compró un uniforme de segunda mano de capitán de la Guardia Prusiana. Con sus bigotes al estilo káiser y su rostro curtido, se veía imponente y autoritario. Los soldados obedecían ciegamente sus órdenes, incluso sin conocerlo.
El plan maestro
Voigt planeó meticulosamente un audaz asalto. Utilizaría su uniforme para apoderarse de una compañía de soldados y robar una caja fuerte del ayuntamiento de Köpenik, un pueblo remoto al este de Berlín.
El día del engaño
El 16 de octubre de 1906, Voigt se puso su uniforme de capitán y tomó el mando de una compañía de guardias. Engañó a los soldados haciéndoles creer que cumplían una orden superior y los llevó a Köpenik.
La toma del ayuntamiento
En Köpenik, Voigt y sus "soldados" ocuparon el ayuntamiento y detuvieron al alcalde. Voigt exigió la caja fuerte, pero el alcalde se negó. Voigt amenazó con ejecutar a los rehenes, y finalmente el alcalde cedió.
Wilhelm Voigt "No les hice ningún daño. Solo fui un actor. Pueden arrestarme, pero mi leyenda vivirá para siempre."
El escape
Voigt escapó con 4.000 marcos de la caja fuerte. Huyó a Suiza, donde fue finalmente arrestado y extraditado a Alemania. Fue sentenciado a 15 años de prisión, pero su ingenioso asalto lo convirtió en una figura legendaria en el mundo criminal.
El juicio y la condena
El juicio de Voigt fue un circo mediático. Se declaró a sí mismo actor y afirmó que su intención era exponer las debilidades del ejército prusiano. Fue declarado culpable y sentenciado a 15 años de prisión.
El legado de Voigt
El asalto de Köpenik sigue siendo uno de los crímenes más famosos de la historia alemana. Wilhelm Voigt, el ladrón de uniforme, se convirtió en un símbolo de ingenio y audacia, y su historia continúa inspirando asombro y admiración.
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