Formación en Género: Más de 180 Acompañantes Comunitarios Graduados en Tierra del Fuego y Córdoba.
La violencia de género es una problemática social que atraviesa fronteras y exige respuestas integrales y coordinadas. En Tierra del Fuego y Córdoba, dos provincias argentinas, se ha dado un paso significativo en la formación de agentes comunitarios capaces de abordar esta problemática desde la raíz. La reciente colación de la Sexta Cohorte de la Diplomatura Universitaria “Acompañantes Comunitarios Contra la Violencia de Género” representa un logro crucial en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, donde la prevención y el acompañamiento a las víctimas son pilares fundamentales. Este artículo explorará en detalle la importancia de esta iniciativa, los desafíos que enfrenta y las perspectivas futuras para fortalecer la red de apoyo a las mujeres que sufren violencia en Argentina.
- La Diplomatura: Un Modelo de Formación Integral
- El Rol Crucial de los Acompañantes Comunitarios
- La Importancia del Trabajo en Red y la Coordinación Interinstitucional
- El Compromiso Político y la Transformación Social
- La Dimensión y el Alcance de la Diplomatura
- El Mensaje de ONU Mujeres y la Construcción Colectiva
La Diplomatura: Un Modelo de Formación Integral
La Diplomatura Universitaria “Acompañantes Comunitarios Contra la Violencia de Género” se ha consolidado como un modelo de formación integral, que va más allá de la simple transmisión de conocimientos teóricos. El programa aborda la problemática de la violencia de género desde una perspectiva multidisciplinaria, incorporando aspectos legales, psicológicos, sociales y de género. Los alumnos reciben herramientas para identificar las diferentes formas de violencia, comprender sus causas y consecuencias, y brindar un acompañamiento adecuado a las víctimas. La formación incluye también la capacitación en estrategias de prevención y sensibilización, así como en el trabajo en red con otras instituciones y organizaciones.
La alta demanda de la Diplomatura, con más de 900 inscriptos para la sexta cohorte y más de 180 egresados, demuestra el interés y el compromiso de la sociedad civil con la lucha contra la violencia de género. La modalidad presencial en Ushuaia y Río Grande, combinada con la virtualidad para el resto de la provincia, ha permitido ampliar el acceso a la formación a personas de diferentes localidades y con diversas ocupaciones. Este enfoque inclusivo es fundamental para garantizar que la red de acompañantes comunitarios sea lo más amplia y diversa posible, y pueda llegar a todas las comunidades que lo necesiten.
El Rol Crucial de los Acompañantes Comunitarios
Los acompañantes comunitarios desempeñan un rol crucial en la detección temprana de casos de violencia de género y en la provisión de apoyo emocional y práctico a las víctimas. Su cercanía a la comunidad les permite establecer vínculos de confianza con las personas, identificar situaciones de riesgo y ofrecer información sobre los recursos disponibles. A diferencia de los profesionales especializados, los acompañantes comunitarios no son necesariamente expertos en la materia, pero sí cuentan con la formación y las herramientas necesarias para brindar una primera respuesta y derivar los casos a los servicios adecuados.
El trabajo de los acompañantes comunitarios es especialmente importante en las zonas rurales y en las comunidades más vulnerables, donde el acceso a los servicios de atención a las víctimas es limitado. Estos agentes comunitarios se convierten en un puente entre las víctimas y las instituciones, facilitando el acceso a la justicia, la asistencia psicológica y el apoyo social. Su labor contribuye a romper el silencio y la invisibilidad que suelen rodear a la violencia de género, y a empoderar a las mujeres para que puedan tomar decisiones informadas y construir una vida libre de violencia.
La Importancia del Trabajo en Red y la Coordinación Interinstitucional
La Ministra Adriana Chapperón destacó la importancia del trabajo comunitario y la necesidad de que el Estado no actúe solo en la lucha contra la violencia de género. Esta afirmación pone de manifiesto la necesidad de construir redes de apoyo sólidas y coordinadas, que involucren a familias, amigos, organizaciones sociales, instituciones educativas, centros de salud y organismos gubernamentales. El trabajo en red permite compartir recursos, conocimientos y experiencias, y evitar la duplicación de esfuerzos.
El convenio firmado interprovincialmente entre Tierra del Fuego y Córdoba, en el marco de la Campaña ONU de 16 días de Activismo contra las Violencias por razones de Género, es un ejemplo de la importancia de la coordinación interinstitucional. Esta iniciativa ha permitido intercambiar experiencias y buenas prácticas entre ambas provincias, y fortalecer la formación de los acompañantes comunitarios. La colaboración entre diferentes jurisdicciones es fundamental para abordar la violencia de género de manera integral y efectiva, y para garantizar que las víctimas reciban una atención adecuada, independientemente de dónde se encuentren.
La secretaria de la Mujer de la Provincia de Córdoba, Claudia Martínez, resaltó la “decisión política de apostar a los intercambios, a la capacitación, a la formación en género”. Este compromiso político es fundamental para garantizar la sostenibilidad de las iniciativas de prevención y atención a la violencia de género, y para asignar los recursos necesarios para su implementación. La violencia de género es un problema estructural que requiere de políticas públicas integrales y de largo plazo, que aborden las causas profundas de la desigualdad y la discriminación.
Martínez también enfatizó que la capacitación tiene un impacto real en la transformación de la comunidad. Ser acompañante comunitario implica tener la vocación de transformar la sociedad, de impactar en el bien común. La Diplomatura no solo proporciona conocimientos y herramientas, sino que también fomenta el desarrollo de habilidades blandas, como la empatía, la comunicación y el trabajo en equipo. Estos atributos son esenciales para que los acompañantes comunitarios puedan establecer vínculos de confianza con las víctimas y brindarles un apoyo efectivo.
La Dimensión y el Alcance de la Diplomatura
La subsecretaría de Género y Diversidad Zona Sur, Amira Maslup, destacó la dimensión que realmente tiene la Diplomatura, al señalar que existen personas graduadas en toda la Provincia. La realización de los actos de colación ha permitido visibilizar el trabajo de los acompañantes comunitarios y fortalecer la red de apoyo a las víctimas. La Diplomatura se ha convertido en un espacio de encuentro y de intercambio de experiencias, donde los alumnos pueden compartir sus inquietudes y aprender unos de otros.
Maslup también anunció el inicio de la 7ma Cohorte de la Diplomatura, invitando a la comunidad a formar parte de este cambio social. Esta invitación es un llamado a la acción, a involucrarse en la lucha contra la violencia de género y a construir una sociedad más justa e igualitaria. La participación de la comunidad es fundamental para garantizar el éxito de la Diplomatura y para lograr un impacto real en la prevención y la atención a la violencia de género.
El Mensaje de ONU Mujeres y la Construcción Colectiva
El saludo de María Noel Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, a través de un video, reafirmó la importancia de la Diplomatura y el compromiso de la organización con la lucha contra la violencia de género. La participación de ONU Mujeres como Profesora Honoraria de la Diplomatura es un reconocimiento al valor de la iniciativa y a su contribución a la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el Objetivo 5, que busca lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas.
La secretaria de Derechos Humanos e Igualdad, Sonia Splausky, enfatizó la importancia de las organizaciones sociales y el trabajo en equipo. “Nadie se salva solo”, afirmó, destacando que la construcción de una sociedad libre de violencia es un esfuerzo colectivo. El individualismo no es una opción, sino que es necesario trabajar juntos, coordinar acciones y compartir recursos para lograr un impacto real. La Diplomatura es un ejemplo de cómo la colaboración entre diferentes actores puede generar resultados positivos y contribuir a la transformación social.
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