La posible postulante a la Corte Suprema, Susana Medina, se pronuncia sobre la equidad de género
La esperada renovación de la Corte Suprema de Justicia, con los dos puestos vacantes tras el fallecimiento de Carmen Argibay y la renuncia de Elena Highton, ha puesto sobre la mesa un debate fundamental: la paridad de género en el máximo tribunal del país. En este contexto, la propuesta del presidente Javier Milei de cubrir esas vacantes con dos hombres ha generado un profundo malestar entre las asociaciones de mujeres juezas y especialistas en derecho, quienes exigen que se garantice la representación femenina en la Corte.
El derecho internacional y la paridad de género
La paridad de género en los altos tribunales no es un capricho, sino una obligación legal asumida por Argentina a través de diversos tratados y convenciones internacionales. La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), ratificada por nuestro país en 1985, establece que los Estados deben adoptar medidas para garantizar la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres, incluyendo su participación en la vida pública y política. Del mismo modo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 7, reconoce la igualdad de todos los seres humanos ante la ley y prohíbe la discriminación por motivos de sexo.
La paridad de género en la justicia no es solo una cuestión de justicia social, sino también de calidad democrática. Los tribunales deben reflejar la composición de la sociedad a la que sirven, y la ausencia de mujeres en la Corte Suprema es una clara muestra de la subrepresentación de las mujeres en los puestos de poder. Esta situación no solo afecta a las mujeres, sino que también limita la perspectiva del tribunal y socava su legitimidad ante los ojos de la ciudadanía.
La experiencia de las mujeres juezas
La experiencia de las mujeres juezas en Argentina y en el mundo ha demostrado que están plenamente capacitadas para desempeñarse en los más altos niveles de la justicia. En nuestro país, numerosas magistradas han demostrado su capacidad, integridad y compromiso con el derecho. La Dra. Susana Medina, presidenta de la Asociación de Mujeres Juezas de Argentina (AMJA), es un claro ejemplo de ello. Con una trayectoria de más de 30 años en la justicia, ha presidido la Sala Laboral del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos y actualmente es una de las candidatas mencionadas para ocupar uno de los puestos vacantes en la Corte Suprema. Su experiencia y méritos la convierten en una firme aspirante a este cargo, demostrando que las mujeres están plenamente capacitadas para liderar el máximo tribunal del país.
También es importante destacar el trabajo realizado por la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, creada por iniciativa de la Dra. Carmen Argibay. Esta oficina ha sido pionera en la promoción de la igualdad de género en la justicia, impulsando medidas para erradicar la discriminación y garantizar el acceso igualitario de las mujeres a la justicia. Su trabajo ha contribuido a mejorar la calidad de vida de miles de mujeres en todo el país.
La necesidad de una Corte Suprema paritaria
La renovación de la Corte Suprema es una oportunidad única para avanzar hacia una justicia más igualitaria y representativa. La designación de una o dos mujeres como ministras del máximo tribunal sería un paso histórico que enviaría un mensaje claro a la sociedad: las mujeres tienen las mismas capacidades que los hombres y merecen ocupar los más altos cargos de la justicia. Una Corte Suprema paritaria garantizaría una representación más amplia de las distintas perspectivas y experiencias de la sociedad argentina, enriqueciendo el debate jurídico y mejorando la calidad de las decisiones judiciales.
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Además de los argumentos legales y éticos, existen también razones pragmáticas para promover la paridad de género en la Corte Suprema. Los estudios han demostrado que los tribunales paritarios son más propensos a emitir sentencias favorables a las mujeres y a abordar las cuestiones de género y discriminación. Esto se debe a que las mujeres juezas aportan una perspectiva única y valiosa, basada en sus propias experiencias y en su comprensión de las barreras que enfrentan las mujeres en la sociedad.
El futuro de la Corte Suprema
La renovación de la Corte Suprema es un momento crucial para la justicia argentina. Es hora de romper con el statu quo y avanzar hacia una justicia más igualitaria y representativa. La designación de una o dos mujeres como ministras del máximo tribunal sería un paso histórico que enviaría un mensaje claro a la sociedad: las mujeres tienen las mismas capacidades que los hombres y merecen ocupar los más altos cargos de la justicia.
Asociación de Mujeres Juezas de Argentina (AMJA)
La composición de la Corte Suprema tiene un impacto directo en la vida de todas las personas en Argentina. Es esencial que el tribunal refleje la diversidad de la sociedad a la que sirve, incluyendo una representación equitativa de hombres y mujeres. La paridad de género en la Corte Suprema no es solo una cuestión de justicia social, sino también de calidad democrática y de la protección de los derechos de todas las personas.
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